En una sorprendente hazaña deportiva, Kike Salas ha dejado boquiabiertos a los aficionados al pádel al transformarse de Campeón del Mundo a prolífico goleador en el derbi sevillano. Este fenómeno del deporte ha demostrado su versatilidad y talento al destacar en dos disciplinas tan diferentes. La noticia ha generado gran revuelo en el mundo deportivo, capturando la atención de seguidores y críticos por igual. Salas se ha convertido en un referente indiscutible en el ámbito deportivo, mostrando una destreza excepcional tanto en la pista de pádel como en el terreno de juego de fútbol. Sin duda, su trayectoria y logros continúan inspirando a nuevas generaciones de deportistas a superar los límites y desafiar las expectativas.
De Campeón del Mundo de pádel a goleador en el derbi: La sorprendente historia de Kike Salas
Kike Salas, del pádel a la élite del fútbol, un camino poco convencional
De manera genérica, la autopista entre el pádel y el fútbol suele tener una sola dirección. Una vez retirados, los jugadores profesionales del balompié deciden calmar su sed competitiva en el 20x10. Hay muchos ejemplos, entre los que destacan leyendas de la talla de Zidane, Puyol o Ibrahimovic entre otros.
Sin embargo, Kike Salas eligió el camino inverso. El ahora defensa sevillista era un prodigio de la pala desde su niñez. En el Esmac Club de su Morón de la Frontera natal daba los primeros pasos de una prometedora carrera.
El palmarés se hacía cada vez más grande, y los títulos se amontonaban en las vitrinas de su casa. El zaguero andaluz fue Campeón del Mundo con 9 años en categoría Benjamín, para después convertirse en Campeón de España con la selección de Andalucía, haciendo doblete en 2012 y 2014.
Por aquellos años tenía como compañeros de aventuras a estrellas hoy del circuito profesional como Arturo Coello o Mike Yanguas, con el que solía compartir pista. Curiosamente, los tres son del año 2002 y se llevan apenas un mes.
En esta época, Kike compaginaba a la par pádel y fútbol. Su tío Victor Salas, delantero en el Sevilla desde 1999 a 2003 le insufló la pasión por su equipo. El de Morón dividía esfuerzos hasta que una llamada en 2016 lo cambió todo. Al otro lado de la línea estaba el club de Nervión. Tras probar en el Málaga y en el Betis, el chico lo tenía claro y pasó a formar parte del equipo en categoría infantil.
Tras su paso por los escalafones inferiores del Sevilla, en los que disputó incluso una Youth League, le llegó el turno de debutar con el primer equipo la temporada pasada. Fue Lopetegui el que le otorgó la oportunidad tanto en Liga como en Champions.
Tras su cesión al Tenerife en la segunda mitad de curso, este año está asentado en el primer equipo. Quique Sánchez Flores le tiene muy en cuenta jugando por la izquierda en su esquema de tres centrales, formación que le ha permitido darle solidez el bloque. Todo ello para llegar a la jornada de ayer, donde vivió su episodio más especial con la elástica sevillista firmando el tanto del empate en el Benito Villamarín.
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