Kyren Wilson, el nuevo campeón del mundo de snooker

En un emocionante fin de semana para el mundo del snooker, el inglés Kyren Wilson se coronó como el nuevo campeón del mundo de este deporte. Después de una intensa y emocionante final, Wilson logró imponerse a su oponente y conquistar el título más codiciado del mundo del snooker. Con esta victoria, Wilson se convirtió en el nuevo rey del snooker, y se unió a la lista de los más grandes campeones de la historia de este deporte.

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Kyren Wilson, el nuevo rey del snooker: consigue su sueño de siempre

Kyren Wilson estirado sobre la mesa para jugar una bola roja a tronera inferior derecha. Será siempre la foto que el de Wettering guarde en su memoria y la que decore su sala de trofeos. Así es como se ha convertido, este lunes 6 de mayo de 2024, en el nuevo campeón del mundo de snooker.

Han sido muchos años de búsqueda para él. Todos ellos han justificado el grito de Kyren mirando a sus hijos y a su padre, en el palco, nada más confirmar, un par de bolas después, que el sueño de toda una vida se había convertido en realidad. En una final que ha dominado con puño de hierro, 'The Warrior', el hombre que se quedó a las puertas de la gloria en el pasado, las ha traspasado a lo grande tras tomar el relevo de Luca Brecel y convertirse en el nuevo jefe del Teatro Crucible de Sheffield.

Lo ha hecho en una de las finales más sorpresivas de la historia frente a Jak Jones, a quien ha ganado por 18-14 en una final repleta de nervios en la que, para la resolución, ha sido decisivo precisamente el inicio: el parcial de 7-0 que Kyren logró en el arranque del partido el domingo para allanar un camino que por entonces parecía claro, pero que se ha hecho eterno para Wilson en la segunda jornada de este lunes.

Porque reaccionó Jones en la segunda sesión del domingo para llegar con algo de vida, 11-6 abajo, a la jornada de este lunes. Lo positivo para el galés era que podía soltar nervios, arriesgar en busca de un plan quizá desesperado para obrar la remontada. Y lo hacía desde el minuto uno en la mesa.

Dos frames iniciales en la sesión de primera hora de la tarde le dejaban a dos mesas de Wilson. Kyren, sin embargo, recuperaba sensaciones con un 50 y un 83 para irse 12-8 al descanso y volver a poner tierra de por medio. Entraba el partido en un intercambio de errores, de nervios, sin brillantez por muchos momentos, pero con máxima tensión.

En ella, Jones caminaba hacia el 13-10 abajo para meter presión a Wilson antes de la recta final de la tercera sesión. Pero Kyren no se dejaba intimidar y lograba limpiar la mesa con un 87 que era mucho más que el 14-10: aire para poner después el 15-10 y llegar a tres pasos de la gloria a la sesión definitiva.

El inicio de esta no podía ser mejor para Wilson, que ponía el 16-10. Reducía distancias Jones antes de un vigesimoctavo frame sufridísimo, acabado en empate, con necesidad de reposición de bola negra y con Wilson haciendo gala de un 'fluke' para aprovechar un error de su rival y colocarse 17-11: el sueño de su vida estaba a una sola mesa.

Tan cerca y tan lejos. Porque Jones ya sí que no tenía nada que perder. Llegó el 17-12. El 17-13 con intento de máximo incluido por parte del galés y acabado con un 96. Y el 17-14, con Kyren fallando bolas largas, sufriendo por momentos la presión de saber que el título estaba en su taco.

Pero llegó el ataque definitivo. Fue en la trigésimo segunda mesa de la final, quizá mucho más allá de lo que podía esperarse tras el inicio del partido. Un doble fallado con Jones a tronera central servía a Kyren la opción de hacer realidad su sueño. Y no la desaprovechaba, a pesar de sufrir como nunca en los emplazamientos, a pesar de tener que salvar una bola rosa a tronera central. Pero la salvaba, al fin y al cabo, para progresar en el break y llegar a la bola definitiva: esa bola roja a tronera inferior derecha que ya es historia del snooker.

La que nunca olvidará Kyren Wilson, la que le permitía avanzar hasta coronar la cima de su deporte. A sus 32 años, llevaba mucho tiempo como uno de los referentes del circuito, aunque con el peso de no haber dado el gran paso en los torneos de la 'Triple Corona'. Consagrado como uno de los mejores jugadores del circuito con el 'rest', pero también con un sufrimiento mayor a otras estrellas en la construcción de breaks, a Kyren se le habían escapado la final del Mundial de la pandemia en 2020, contra Ronnie O'Sullivan, y la final del Masters de 2018, contra Mark Allen. Pero a la tercera va la vencida. Ya tiene su gran torneo, que además es su sexto título de ranking.

Gracias a un inicio demoledor frente a Jones que le hizo encarrilar la final, en una temporada que ni mucho menos estaba siendo la mejor para él, Kyren Wilson ya tiene su nombre escrito con letras de oro en la leyenda del snooker: es el nuevo campeón del mundo.