Panik Hotel
: El Panik Hotel es una nueva propuesta hotelera que ha revolucionado la industria del turismo con su innovador concepto. Ubicado en un entorno idílico, este establecimiento ofrece una experiencia única para aquellos que buscan escapar de la rutina y sumergirse en un oasis de lujo y confort. Con un diseño vanguardista y servicios de primera categoría, el Panik Hotel se ha convertido en el destino preferido de viajeros exigentes y amantes del buen gusto. Además, su compromiso con la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente lo posiciona como un referente en la industria hotelera. Sin duda, el Panik Hotel es mucho más que un simple alojamiento, es un destino exclusivo que promete satisfacer las expectativas de los huéspedes más exigentes.
El enigmático Hotel Vallès: una historia de glamour, decadencia y abandono
La silueta esquelética del otrora emblemático Hotel Vallès obliga a los viajeros de la serpenteante C-17 en dirección a Vic a tener prudencia a su paso por l’Ametlla. No cuesta nada dejar la mirada pegada a un edificio abandonado y saqueado (hoy perimetrado y libre de basura) que cumple 55 años con una historia fascinante propia de un ‘thriller’ de carretera. El Hotel Vallès tenía el refinado glamour de los años 70 y su declive fue un cóctel de desidia, dejadez y vandalismo hasta su aniquilación.
La fascinante trayectoria del Hotel Vallès: de la gloria al olvido
El local fue promovido y construido por Matías Barrés, familia arraigada en el próspero pueblo vallesano. El propietario no regateó un céntimo para levantar un establecimiento confortable con las últimas novedades con un restaurante dirigido por una familia conocida, con la que acabó mal. Un ‘vitrall’ de Sant Jordi daba la bienvenida al cliente y el gran comedor disponía de una trampilla donde aparecía el pastel de bodas; tenía 59 habitaciones, un ‘celler’ de nivel y, más tarde, se instaló la piscina. Con el tiempo llegó a tener 79 empleados que se desvelaban para dar el mejor trato a los clientes.
Panik Hotel: la trágica transformación de un antiguo icono turístico
En 2004 fue ‘habitado’ durante cinco años por unos okupas pacíficos que convirtieron el entorno en un cementerio de coches y rebautizaron el agónico establecimiento como Panik Hotel. Luego llegaron las hienas para dar la puntilla vandalizando lo que encontraban a su paso: robo del cableado de cobre y una enorme viga de hierro que sostenía el techo. El cuerpo sin vida de un indigente que merodeaba la zona fue encontrado en una pequeña cabaña. Corrieron diferentes versiones tortuosas sobre su fallecimiento, pero resultó una muerte natural.
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