En el mundo de las motocicletas, hay modelos que dejan huella y otros que, a pesar de su belleza y diseño innovador, no alcanzan el éxito comercial que se esperaba. Es el caso de la RSV4 de Aprilia, una máquina que en su momento fue considerada un trofeo de diseño, pero que no logró conquistar el mercado. Sin embargo, con el paso del tiempo, esta moto ha ganado un lugar en el corazón de los motociclistas, quienes la han convertido en un objeto de adoración. En este artículo, analizaremos por qué la RSV4 no tuvo el éxito esperado en su lanzamiento y cómo ha logrado revertir su suerte para convertirse en una de las motos más apreciadas por los entusiastas del motor.
La Aprilia Motò, una moto de diseño Philippe Starck que fracasó comercialmente pero ahora es un objeto de colección
Tanto en el mundo de la automoción como en el de las motocicletas, ha habido sonoros fracasos comerciales, modelos en los que se habían depositado muchas esperanzas, pero que no triunfaron en las calles. Prácticamente todas las marcas de moto tienen su o sus 'flops', ya fuese por su diseño poco acertado, por su comportamiento o por estar avanzadas a su tiempo.
Sin embargo, hoy nos centraremos en una moto que era verdaderamente bella, creada por uno de los diseñadores industriales y estilistas más conocidos de los 80, el francés Philippe Starck. Nos referimos a la Aprilia Motò 6.5 (sí, Motò con acento).
Los primeros bocetos de Starck crearon una bella naked de líneas muy redondas y suaves. El diseñador francés también dibujó el chasis y el escape (con dos salidas, una por cada lado) todo fluyendo en la misma curva. Incluso el radiador estaba perfectamente integrado en el conjunto. Montaba unas bellas llantas de radios, la delantera de 18.
El resultado era muy armónico, pero muy alejado de las líneas angulosas del momento. El motor era el monocilíndrico de 652 c.c. y culata de 5 válvulas fabricado por Rotax y que la marca de Noale ya usaba en otros modelos, como la Pegaso.
Las líneas eran muy redondas y armónicas, incluidos el chasis y los dos escapes. El radiador estaba muy bien integrado en el conjunto. El francés definió su obra como un aparato bello, ligero, muy ciudadano, y que no tuviera sexo, es decir, indefinido: no era una trail, ni custom, ni siquiera una naked al uso. Quizás hoy en día la definiríamos como neo-retro, un concepto muy arraigado en nuestros días, pero no entonces.
Corría el año 1994 y un año después se lanzó a la producción. Además del aluminio-naranja, también estaba disponible en aluminio-gris.
Esta indefinición, así como un comportamiento que no estaba del todo logrado (el curioso chasis hacía que tuviese el centro de gravedad alto) hizo que no encajase entre el público. Se vendieron muy pocas unidades y fue todo un fracaso comercial.
Esto, en cambio, ha hecho que en la actualidad sea una moto valorada por los coleccionistas, tanto por su particular diseño como por las pocas unidades que hay circulando, y su valor se haya revalorizado. Ahora, la Aprilia Motò es un objeto de adoración entre los motociclistas y coleccionistas, un verdadero trofeo de diseño que se ha convertido en un icono de la época.
Deja una respuesta