La maldición de los dobles penaltis y los palos dio un giro a la historia, frenando la posible reconquista.

En un giro inesperado de los eventos, la maldición de los dobles penaltis y los palos ha cambiado el curso de la historia, poniendo fin a la posible reconquista. La suerte parecía estar del lado de los protagonistas, pero una serie de errores y desafortunados incidentes en el área penal han truncado sus aspiraciones. La presión y la tensión se han apoderado del escenario, y lo que parecía un camino hacia el triunfo se ha convertido en una crisis sin precedentes. ¿Qué sucedió exactamente en ese momento clave? ¿Cuál fue el factor clave que cambió el rumbo de los eventos? En las siguientes líneas, analizaremos los detalles de este giro inesperado que ha dejado a todos con la boca abierta.

La maldición de los dobles penaltis y los palos dio un giro a la historia, frenando la posible reconquista

La maldición de los dobles penaltis y los palos dio un giro a la historia, frenando la posible reconquista

El Barça de fútbol sala no pudo recuperar su corona de campeón de Europa y cayó en la gran final de Ereván (Armenia) contra un Palma Futsal (1-5) que sacó gran provecho de sus armas para revalidar su título de Champions.

Sin embargo, la historia pudo ser muy distinta si la suerte hubiera sonreído a los azulgrana en varias jugadas clave que terminaron decantando la balanza para los baleares, que también gozaron de la permisividad arbitral en algunas acciones al límite del reglamento como en la jugada del 1-1 de Rómulo.

Justo tras el empate de Palma, el conjunto barcelonista tuvo dos oportunidades de recuperar la ventaja en la final junto antes del intermedio con dos dobles penaltis, pero ni Catela ni Ferrao pudieron superar a un bien colocado Barrón, que se mantuvo firme para evitar los tantos del andaluz y el brasileño. La máxima de que quien perdona lo termina pagando también se cumple en el fútbol sala y del posible 3-1 se pasó al 1-2 en un abrir de ojos, con el gol de Vilian a ocho segundos del final de la primera parte.

Pese al resultado adverso, el Barça no bajó los brazos y salió del vestuario siendo protagonista y gozando de buenas ocasiones para empatar la final y los que estuvieron más cerca de lograrlo fueron el capitán Sergio Lozano y el joven francés Mamadou Touré. Lozano remató al travesaño tras una jugada de estrategia en un saque de banda e hizo temblar la portería balear, mientras que pasada la media hora fue Touré quien se topó con el poste después de una volea muy potente que había superado a Luan Muller.

Dos postes clave y una parada brutal del portero de Palma a Catela terminaron por afectar los ánimos de remontada del Barça. Y tal y como había pasado con los dobles penaltis errados, el rival no perdonó en la primera aproximación de peligro y Neguinho firmó el 3-1 que dejaba la remontada casi imposible.

A la desesperada, el portero-jugador azulgrana no surtió efecto y todo acabó con la expulsión de Sergio Lozano. Palma no dejó prisioneros y remató la final con los goles de Chaguinha y Neguinho en el último minuto para asestar una derrota dura para el Barça.

Al conjunto de Jesús Velasco ya solo le queda competir por la Liga, pero tienen que ganarla si quieren tener un billete para disputar la Champions de la próxima temporada. Quedarse fuera de Europa sería un contratiempo importante para el proyecto y ahora toca pasar página para cerrar la liga regular como líderes y afrontar el playoff con energías renovadas. De los palos y los dobles penaltis fallados se aprende.

Juan Hernández

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