La Villa Olímpica, un espacio común donde los atletas de diferentes nacionalidades y disciplinas se reúnen durante los Juegos Olímpicos, es una tradición que tiene una historia fascinante detrás de ella. Pero, ¿cuándo y por qué surgió esta costumbre? En este artículo, nos adentramos en la historia detrás de la Villa Olímpica, desde sus inicios en los primeros Juegos Olímpicos modernos hasta la actualidad, y descubrimos los motivos que llevaron a los organizadores a crear un espacio común para los atletas, fuera de la competencia y el estrés de las pruebas deportivas.
La Villa Olímpica: Un espacio común para atletas y transformación urbana
Los Juegos Olímpicos son un acontecimiento único para cualquier ciudad que los albergue. Un hito que impulsa económicamente al país y a la ciudad organizadora, pero que requiere también de inversión y de un espíritu transformador. Y muestra de ello es la construcción o ubicación de la Villa Olímpica.
Por ejemplo, en los Juegos Olímpicos de París, las instalaciones que albergarán a los atletas se encuentran en Saint Denis, uno de los barrios más conflictivos de la capital francesa. Después de los Juegos, el área se convertirá en un barrio con 2.500 nuevos hogares, una residencia para estudiantes, un hotel, más de 120.000 m2 de oficinas y servicios para la ciudad y 3.200 m2 de comercios de barrio. El objetivo es lograr una transformación total hacia un barrio eco-responsable y funcional que se integre en la ciudad del futuro.
La evolución de la Villa Olímpica en los Juegos Olímpicos
Pero la Villa Olímpica tal y como la conocemos actualmente no siempre ha existido. En los primeros Juegos Olímpicos modernos, eran los comités de los países participantes los encargados de buscar los alojamientos para sus atletas. En Los Ángeles 1932 se construyó la primera villa olímpica, en la periferia de la ciudad y era solo para atletas masculinos.
Cuatro años más tarde, en Berlín 1936, se construyó una villa olímpica con 150 habitaciones repartidas en varios edificios a las afueras de la ciudad. Además, había también un hospital y un centro de entrenamiento. En Melbourne 1956 se acuñó por primera vez el término de Villa Olímpica y con el paso de los años y el crecimiento de los Juegos, cada vez fueron ganando más peso.
Todo ello con un objetivo claro: ofrecer a los atletas las mejores condiciones para que puedan enfocarse exclusivamente a su rendimiento deportivo. Las Villas Olímpicas cada vez son más modernas y ofrecen mejores servicios, no solo alojamiento. En París, se servirán hasta 60.000 comidas por día y todos los atletas tendrán a su disposición una clínica médica a cualquier hora del día.
La Villa Olímpica es más que un lugar de alojamiento para los atletas, es un espacio común que busca brindarles las mejores condiciones para que puedan alcanzar sus objetivos y, al mismo tiempo, impulsar la transformación urbana de la ciudad anfitriona.
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