El nudo gordiano en el Athletic no es una sorpresa reciente
La situación actual del Athletic Club no es una novedad para nadie. La crisis institucional y deportiva que atraviesa el equipo vasco es el resultado de una cadena de errores y decisiones cuestionables que se han ido acumulando con el paso del tiempo. La falta de planificación a largo plazo, la inestabilidad en el banquillo y la falta de liderazgo en la dirección del club son solo algunos de los factores que han llevado al equipo a esta situación crítica. En este sentido, la crisis institucional que vive el Athletic no es una sorpresa reciente, sino más bien el resultado de una cascade de errores que debieron haberse abordado hace tiempo.
La falta de centralidad: Valverde denuncia la carencia de jugadores en el medio de la cancha
El técnico del Athletic, Ernesto Valverde, ha manifestado su inquietud por la falta de jugadores en el medio de la cancha, especialmente en la defensa. Hemos tenido la suerte de que en la defensa nos hemos sostenido muchas veces solo con dos centrales. Hemos jugado con fuego gran parte de la temporada. Nos ha salido bien, pero normalmente no suele salir bien, declaró Valverde en la sala de prensa de Lezama antes del encuentro liguero del pasado viernes entre Getafe y Athletic en el Coliseum.
El equipo rojiblanco se presentó en el estadio azulón con tan solo dos centrales específicos, debido a la baja por problemas en la espalda de Vivian. Esta situación no es nueva, ya que el equipo ha estado jugando al límite en lo que al eje de su zaga se refiere. Paredes, por ejemplo, había realizado meses atrás un auténtico ejercicio de supervivencia, puesto que tuvo que mantenerse muchas jornadas con cuatro amarillas en su haber. Todo ello además con Yeray de baja por cuestiones de índole físico. Vivian, por su parte, se fue cargando de amonestaciones, de minutos y de molestias dado su siempre generoso esfuerzo.
Golpe de gracia: El Athletic se ve obligado a jugar sin central después de la expulsión de Paredes
La situación se complicó aún más tras la expulsión de Yeray en los primeros compases del segundo tiempo por una mano a la altura del centro del campo. La solución desde el banquillo consistió en retrasar a Beñat Prados junto a Paredes al eje de la zaga. Sin embargo, el problema vino cuando este último, en la recta final del encuentro, también tuvo que abandonar el campo al ver una segunda amarilla.
De esta manera, el Athletic, un equipo campeón de Copa y con aspiraciones a terminar la Liga en Champions, tuvo que jugar más de un cuarto de hora sin ningún central nato dentro del campo. Un grave error de cálculo agravado por dos expulsiones en el mismo encuentro y una baja por lesión. Sucedió el viernes, pero esta misma situación o parecida se podía haber dado meses atrás.
Hablar de buena planificación cuando tras la marcha de Iñigo Martínez al Barça no llegó ningún otro central a la plantilla suena a falta de seriedad o de rigor. La falta de centralidad es un problema que ha estado latente durante toda la temporada y que puede costar caro al equipo rojiblanco en su lucha por los objetivos.
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