La ciudad de Burgos ha sido testigo de un fenómeno contagioso en las últimas horas, y no se trata de un virus, sino del entusiasmo desbordante que ha invadido a sus habitantes por la Selección Española. Desde que se anunció la próxima participación del equipo nacional en un importante torneo, la afición local ha mostrado un apoyo inquebrantable, llenando las calles de banderas y cánticos en honor a sus jugadores favoritos. Esta oleada de optimismo ha generado una atmósfera única en la ciudad, donde el fervor por el fútbol se respira en cada rincón. Sin duda, Burgos se ha convertido en un enclave emblemático de la pasión y el compromiso hacia la Selección Española, reflejando el espíritu indomable de sus seguidores.
Burgos vibra con la Selección Española Femenina en un ambiente de euforia y pasión
La afición de Burgos se entrega a las campeonas del mundo con entusiasmo desbordante. Que la selección femenina ha enganchado a la afición quedó totalmente constatado en Burgos. La fiebre por las campeonas del mundo no se había visto tan ferviente en ningún otro lugar.
Ya por la mañana, en los alrededores de la catedral, la expedición de la Roja apenas podía dar dos pasos seguidos en su paseo por la ciudad sin que los seguidores las pararan para felicitarlas y hacerse con un 'selfie' con ellas. Hubo un momento muy emotivo en que un grupo de burgaleses entonaron el 'campeonas oé' en medio de la Plaza España, que fue el preludio de lo que se vería horas después en el Municipal de El Plantío, con unas gradas a rebosar con 9.982 asientos.
Pocas veces las jugadoras se habían sentido tan arropadas. Alexia, Jenni y Olga Carmona volvieron a ser las preferidas para los aplausos y los vítores, con especial mención a Adriana Nanclares, nacida en Miranda de Ebro, pese a estar en el banquillo. Su nombre desde la megafonía arrancó una fuerte ovación entre un público muy orgulloso de su hija pródiga.
El Diario de Burgos abría en portada la previa del partido, con una gran imagen de Alexia firmando autógrafos, y tanto en la calle como en los bares se notaba la ilusión por ir a ver en directo a las internacionales, con niñas y niños, madres, padres y abuelos con camisetas con los dorsales de sus ídolos.
Para Burgos, ver a las campeonas es todo un premio. Así lo entendieron desde un principio en la ciudad, poniendo todo de su parte para que el encuentro fuera una fiesta. De entrada, el partido se jugó a las 19h para no coincidir con el de Champions entre el Real Madrid y el City. También se invitaron a las escuelas de fútbol del Burgos CF y se suspendieron los entrenamientos de los equipos de las categorías inferiores para tener la oportunidad de asistir al campo. La ciudad habilitó estos días una Fan Zone en la Plaza San Juan con juegos y actividades. Un auténtica locura.
María Méndez había señalado en la previa que notaban que cada vez la gente se está enganchando más con nosotras, nos ayudan un montón, son una más. Tenemos muchas cosas que disfrutar con ellos y de ellos. Es una maravilla ver jugar a este equipo y nadie se lo quiere perder. Las jugadoras son además cercanas, agradecen el cariño y la atención, aún se sienten abrumadas cuando las paran por la calle. La unión es perfecta y en Burgos quedó reflejado.
Las gigantes checas cumplieron con su papel de intentar no dejar jugar a las de Monte Tomé, muy rocosas y duras en defensa, como era de prever. A España le costó entrar en el partido y generar peligro, estaba incómoda. Se topaba constantemente con el muro checo. El público hacía la ola y dedicaba cánticos constantes sin cesar de animar. El gol en contra fue un jarro de agua fría y las gradas entonaron el 'sí se puede' para arrancar la reacción. Todo un espectáculo que merecía su premio. Fue María Méndez quien puso la magia para brindar a Burgos el mejor de los premios al abrir la goleada que culminaron Jenni y Mariona.
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