El mundo del baloncesto se conmociona con la noticia de que Blake Griffin, reconocido por su espectacular salto sobre un coche en el concurso de mates, ha anunciado su retiro de las canchas. Esta decisión, que ha sorprendido a propios y extraños, pone fin a la exitosa carrera de uno de los jugadores más icónicos de la NBA. Griffin, quien ha dejado una huella imborrable en la historia del baloncesto por su talento excepcional y su carisma, ha decidido poner fin a su etapa como jugador profesional. Su legado, marcado por jugadas memorables y logros destacados, quedará grabado en la memoria de los aficionados al deporte. Sin duda, la noticia del retiro de Blake Griffin deja un vacío en la NBA que será difícil de llenar.
Blake Griffin se retira del baloncesto NBA tras dejar una huella imborrable
Blake Griffin ha sido uno de esos jugadores que han dejado huella en la historia del baloncesto NBA. Ni mucho menos cerca de los mejores de todos los tiempos, la capacidad brutal de salto de su mejor época convirtió al ala-pívot en unos de los referentes mediáticos de la competición, alcanzando seis All Star y llevándose el premio a novato del año a lo largo de una trayectoria marcada por ese icónico mate por encima de un coche aparcado en el fin de semana de las estrellas de 2011.
El icónico mate sobre un coche marca el adiós de Blake Griffin
A los 35 años, el exjugador anunció a través de una carta al estilo de Kobe Bryant su retirada del baloncesto profesional. Eligió además un titular en español para su publicación en las redes sociales: Fin. El interior abandona la competición tras una temporada en blanco sin encontrar equipo como agente libre, y con promedios de carrera de 19 puntos, 8 rebotes y 4 asistencias en 765 encuentros.
Nunca me imaginé a mí mismo siendo el tipo que escribe una carta al baloncesto para su retirada. estoy agradecido por cada uno de los momentos, no solo los buenos, compartió en la misiva. El baloncesto me ha dado tanto, y no cambiaría nada, añadía.
El exjugador fue la pieza del puzzle que culminó la mejor época de los Clippers de la década pasada, apodados como Lob City dada la espectacularidad de las frecuentes conexiones entre Chris Paul y los dos hombres altos del equipo, Griffin y DeAndre Jordan.
A pesar de que los patitos feos de L.A. vivieron su mejor época durante ese período, los éxitos durante los playoffs les fueron esquivos. Su techo fueron las semifinales de conferencia hasta en tres ocasiones. En 2018, la dirección de la franquicia decidió dar carpetazo al proyecto traspasando a Griffin, recién renovado por cinco temporadas y 171 millones, a los Detroit Pistons.
En el ocaso de su carrera, perdida ya toda explosividad debido al peaje de las lesiones, el ala-pívot supo adaptarse y conformarse a un papel residual en los proyectos de Brooklyn y Boston. Aunque desde su salida de Los Ángeles apenas fue una sombra de sí mismo, ese All Star de 2011 y su brillante temporada en 2014, cuando finalizó tercero en las votaciones al MVP por detrás de KD y LeBron con medias de 24 puntos, 9 rebotes y 4 asistencias, convirtieron a Griffin en unos de los nombres más seguidos de la liga durante ocho de sus 14 temporadas en primera línea. Previamente, con la Universidad de Oklahoma, fue nombrado jugador del año de la NCAA antes de ser elegido por los Clippers como número uno del Draft de 2009.
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