Una brillante jugada de Irving en el último momento decide el enfrentamiento fraternal entre Doncic y Jokic.

Una genialidad sobre la bocina de Irving ha sido el factor decisivo en el emocionante duelo fraternal entre Doncic y Jokic. El enfrentamiento entre dos titanes de la NBA ha mantenido en vilo a los aficionados hasta el último segundo, culminando en una acción magistral por parte de Irving que ha inclinado la balanza a favor de su equipo. La intensidad y calidad de juego mostrada por Doncic y Jokic ha dejado boquiabiertos a propios y extraños, demostrando una vez más por qué son considerados dos de los mejores jugadores de la liga. Este emocionante enfrentamiento ha sido un regalo para los amantes del baloncesto, que han podido disfrutar de un espectáculo digno de recordar por mucho tiempo.

Irving decide duelo fraternal entre Doncic y Jokic con genialidad sobre la bocina

Cuando la concentración de genios es tan grande en pista, no puede calificarse como extraña una resolución de partido tan espectacular como la de Kyrie Irving, capaz de resolver el duelo fraternal entre Luka Doncic y Nikola Jokic con un gancho en suspensión desde más allá de la pintura y la línea de personal. El golpe de gracia de la estrella díscola de la NBA finiquitó sobre la bocina un auténtico thriller entre los Dallas Mavericks y los Denver Nuggets, resuelto por 107-105 para el éxtasis de la afición local y gran parte de los espectadores apostados en el prime time del NBA Sundays en Europa.

Irving cerró su colosal encuentro con el tiro ganador por encima de la mano amenazante del gigante Jokic, y culminó la noche con 24 puntos, 7 rebotes y 9 asistencias. Doncic, que venía de perderse un encuentro por molestias musculares, fue el máximo anotador del partido con 37 puntos, 9 rebotes y 3 asistencias, resultando también decisivo con el triple del empate a 24 segundos de la conclusión.

Jamal Murray, que despertó tarde pero dio un recital en el último período, fue el mejor en Denver con 23 puntos, 4 rebotes y 7 asistencias, si bien falló la daga cuando el viento le soplaba de cara y dejó a los Mavs una ventana de 2,8 segundos para el milagro. Bastó para que Irving tomara el balón, se diera un rodeo por el costado derecho de la cancha y soltara su avemaría ganador.

(en desarrollo)