- Todo el que pasa por Vallecas, sale diferente y casi siempre para mejor
- El mejor equipo de la historia del Rayo Vallecano
- La experiencia como jugador
- La temporada 92/93
- Camacho, un entrenador influyente
- Ruiz-Mateos, un presidente peculiar
- Vuelta al Rayo Vallecano
- La primera temporada como entrenador
- El estilo de juego
- La relación con el presidente Martín Presa
- Ayuda social
- El futuro
Todo el que pasa por Vallecas, sale diferente y casi siempre para mejor
En el corazón de Madrid, se encuentra Vallecas, un distrito que ha sido testigo de la transformación de miles de personas que han pasado por sus calles. Conocido por su espíritu emprendedor y su gran diversidad cultural, Vallecas se ha convertido en un lugar de encuentro para personas de todas las edades y procedencias. La frase que da título a esta noticia, Todo el que pasa por Vallecas, sale diferente y casi siempre para mejor, se ha convertido en un lema que resume la esencia de este distrito, donde la integración y la convivencia son la norma. ¿Qué es lo que hace que Vallecas tenga este efecto tan positivo en las personas? En las siguientes líneas, descubriremos los secretos detrás de este fenómeno.
El mejor equipo de la historia del Rayo Vallecano
Su equipo es el mejor de la historia del Rayo Vallecano, y lo es por la puntuación histórica que consiguió (53 puntos en la temporada 12/13) pero sobre todo se le recuerda por cómo lo hizo. Como los ángeles, apunta Paco Jémez, entrenador del equipo durante esa época.
La experiencia como jugador
Antes de ser entrenador, Paco Jémez fue jugador del Rayo Vallecano. Si, yo llegué en el 1992 de la mano de Camacho, que me fichó del Murcia. Ahí fue mi primer contacto con Vallecas, con La Franja, con su gente y con el barrio. Es difícil olvidar esos momentos porque yo siempre digo que la gente que pasa por Vallecas, una vez que sale de allí, ya no es la misma. Y casi siempre es para mejor.
La temporada 92/93
En su única temporada en el equipo, ganaron al Madrid, al Atlético, empataron con el Barcelona y jugó todos los minutos posibles de todos los partidos. Eso es, sí. Es algo bastante complicado porque necesitas que el entrenador confíe en ti, que no te lesiones, que no te sancionen con cinco amarillas pero sí.
Camacho, un entrenador influyente
Yo con Camacho aprendí muchísimo. Soy entrenador, en parte, por él y en muchísimas cosas me veo reflejado. Los dos tenemos un carácter muy parecido y el estar con él siempre ha sido un placer porque es un tipo muy directo, muy claro y muy nítido.
Ruiz-Mateos, un presidente peculiar
Si. Cuando yo llegué era su segundo año. Y recuerdo un partido, el partido que le ganamos al Madrid (2-0 en Vallecas el 6 de diciembre de 1992) que cuando entramos al vestuario todos estábamos cantando, gritando y demás. Entonces entro él y como era muy de abrazos, nos empezó a saludar a todos muy efusivo y nosotros pensamos: Le sacamos una prima doble, seguro. Y le empezamos a decir: Venga, presi, prima doble. Y él, se plantó muy serio como era, nos hizo callar a todos y dijo: Prima doble no, abrazo doble.
Vuelta al Rayo Vallecano
Veinte años después, Paco Jémez regresó al Rayo Vallecano como entrenador. Con la afición no es lo mismo ser jugador que entrenador. De hecho tienes más contacto con ella cuando eres entrenador pero siempre he tenido muy buena relación porque este carácter mío de decir las cosas a la cara y demás casa muy bien con como son ellos.
La primera temporada como entrenador
La primera temporada fue apoteósica. Máxima puntuación de la historia del club y jugando un fútbol que llamaba mucho la atención. Aquel equipo jugaba como los ángeles. Donde íbamos, la gente nos felicitaba. Muchas veces yo acababa los partidos y estaba cabreado porque había perdido pero venía el entrenador del equipo contrario o los jugadores rivales y nos decían: Es una delicia ver cómo jugáis y tú pensabas coño, estamos haciendo algo bonito.
El estilo de juego
Totalmente. Aquí hay dos partes. Hay gente y entrenadores que son tremendamente resultadistas. Solo les importa el resultado sin entender el cómo llegan hasta él, les da igual, lo que quieren es ganar. Y me parece perfecto, yo lo respeto muchísimo pero me encuentro más en otro ámbito. Claro que pienso que las victorias son importantes. Fíjate si son importantes que nuestro puesto de trabajo depende de ellas, pero no quiero ganar de cualquier manera porque la experiencia me ha dicho que no se gana de cualquier forma.
La relación con el presidente Martín Presa
Si bueno, Raúl es un tío muy particular. Aunque la gente no lo crea, sigo teniendo una buena relación con él. Aunque también es verdad que es un tipo muy complicado para trabajar porque es muy exigente, que quiere todo muy bien hecho y a mí eso me gusta pero claro cuando la presión es alta, el querer tenerlo todo agarrado es complicado.
Nosotros hicimos muchísimas cosas en Vallecas. Gracias a Dios el 90% de las cosas nadie se enteró (risas) pero algunas cosas sí que trascendieron y el tema de Carmen fue algo que hicimos para ayudar a una persona que lo necesitaba. Fue siempre lo que intentamos, ayudar, nada más.
El futuro
Me siento un privilegiado (.) de haber defendido esa camiseta; ojalá en el futuro pueda volver a hacerlo. Porque cuando sales de ahí, eres mejor. Si estás bastante tiempo, sobre todo, y miras atrás dices: Ellos me han hecho ser mejor sin duda y eso en el deporte y en el fútbol es muy importante.
Y hablando de futuro, acaba de volver de entrenar en Irán, pero ¿ya echa de menos la vida de entrenador? Bueno, todavía no me ha dado tiempo porque acabo de llegar (risas). Estoy descanso, disfrutando de mis hijas, de amigos a los que hacía tiempo que no veía. Sigo viendo fútbol, indudablemente y haciendo los hobbies que no me permitía mi trabajo anterior como jugar al golf y demás.
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