Tocando a Pleno en el Gran Escenario

Tocando a Pleno en el Gran Escenario

El mundo del espectáculo se prepara para vivir una noche inolvidable en el Gran Escenario, donde los amantes del arte y la música se darán cita para disfrutar de un evento que promete ser emocionante. En el próximo fin de semana, el escenario más importante de la ciudad será testigo de un concierto que reunirá a los mejores artistas del momento, quienes ofrecerán un show sin precedentes. Con una puesta en escena impresionante y un sonido de alta calidad, el público asistente podrá disfrutar de una experiencia única y emocionante. No te pierdas la oportunidad de vivir la emoción al máximo, compra tus entradas ya y forma parte de esta noche inolvidable en el Gran Escenario.

Tocando a Pleno en el Gran Escenario

Historia en el Banquillo

César Luis Menotti no defraudó en su primera comparecencia de prensa en Barcelona cuando llegó para hacer historia con Maradona y Schuster. Me siento como un músico en un gran escenario, dijo el día antes de sentarse en el banquillo del Camp Nou.

Estuvo apenas dos años y dejó excelentes frases, muy buen talante y pocos títulos. Se fue después de una tangana en Bilbao, insoportable para un acuñador de mensajes con valores transcendentes.

Defendió siempre el fútbol ofensivo, la posesión de la pelota, el buen juego, por encima del resultado, que de alguna forma representaba Bilardo, su gran adversario. Entre ambos se elevaron.

Menotti era un tipo culto, un punto idealista, de izquierdas que, sin embargo, le dio la Copa del Mundo a la dictadura militar de Videla. Una contradicción que supo llevar con dignidad en su vida, exponiendo siempre un relato convincente, hasta poético.

El técnico argentino se movía con soltura en todos los ámbitos de discurso, tanto en el político, el social, el cultural o el deportivo, frente a un Bilardo que siempre ha sido un obseso del fútbol, muy táctico, defensivo y buscando siempre la eficacia.

El mundo los etiquetó como los defensores del fútbol constructivo y del destructivo, los amantes de la pelota y del físico, los románticos y los resultadistas. Cada uno hizo más grande al otro.

En el Barça llegó como un filósofo y se fue como un idealista. En medio, el equipo jugó buen fútbol, la prensa tuvo titulares de alto nivel y los entrenamientos pasaron de la mañana a la tarde por una cuestión oficial de biorritmos aunque estuviera más relacionada con cuestiones de arriba y abajo.

Llegó para abrir una etapa histórica, con dos de los mejores jugadores del mundo del momento: Schuster y Maradona, el genio argentino y el impresionante centrocampista alemán. Un tándem que debía ser la bomba y explotó demasiado pronto. La idea era buena, pero se quedó en concepto.

Menotti, al que en Argentina llegaron a calificar como el padre de Valdano, se ha ido dejando un legado de relato estupendo, un título contradictorio y el aura de un tipo entrañable.