¿Párkinson, una enfermedad del intestino o del cerebro? Las últimas teorías sobre la causa de la enfermedad de Parkinson

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¿Párkinson, una enfermedad del intestino o del cerebro? Las últimas teorías sobre la causa de la enfermedad de Parkinson

La enfermedad de Parkinson, una de las afecciones neurológicas más comunes y debilitantes, ha sido objeto de investigación durante décadas. Sin embargo, la comunidad científica sigue debatiendo sobre la verdadera causa de esta enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo. Tradicionalmente, se ha considerado que la enfermedad de Parkinson es una afección cerebral, pero nuevas teorías sugieren que el intestino podría jugar un papel clave en su desarrollo. ¿Es posible que la clave para entender esta enfermedad se encuentre en el microbioma intestinal en lugar de en el cerebro? En este artículo, exploraremos las últimas teorías y descubrimientos que están revolucionando nuestra comprensión de la enfermedad de Parkinson.

Párkinson: ¿La clave para entender la enfermedad está en el intestino?

La enfermedad de Párkinson afecta a más de 7 millones de personas en el mundo, y el número de casos se ha duplicado en los últimos 25 años a nivel mundial. De hecho, es la enfermedad neurodegenerativa de crecimiento más rápido a nivel mundial, superando incluso al Alzheimer.

Se trata de un trastorno progresivo en el sistema nervioso que infiere en las partes del cuerpo que controlan los nervios. Sin embargo, desde hace ya un tiempo la ciencia había encontrado una vía de conexión entre el cerebro y el intestino.

La conexión entre intestino y cerebro

La conexión entre intestino y cerebro

Un nuevo estudio refuerza la teoría de que las afecciones gastrointestinales podrían tener vinculación con el desarrollo de la enfermedad de Párkinson, y halló el canal de comunicación entre el intestino y el sistema nervioso central.

El estudio del Centro Médico Beth Israel Deaconess de Boston encontró que las personas con Párkinson evidencian problemas intestinales, más precisamente en el colon, incluso entre 10 y 14 años antes que se manifiesten síntomas motores propios de esta enfermedad neurodegenerativa, como temblores o rigidez.

Subhash Kulkarni, autor del nuevo estudio, explica que una hipótesis derivada del estudio sugiere que, en muchos pacientes de Párkinson, el enfoque de la enfermedad debe ser de abajo hacia arriba, comienza en el intestino y llega hasta el cerebro.

El papel de las proteínas en el desarrollo del Párkinson

A diferencia de la teoría del cerebro primero, estos hallazgos respaldan la hipótesis del intestino primero, propuesta en 2003 por el anatomista alemán Heiko Braak, quien estudió numerosas autopsias de pacientes con Párkinson.

Esta hipótesis sugiere que la enfermedad neurodegenerativa se origina a partir de una proteína mal plegada en los nervios del tracto gastrointestinal, y que desde allí se propagan al cerebro.

Las proteínas están compuestas por cadenas de aminoácidos y deben plegarse de manera específica para cumplir su función, pero cuando se pliegan de forma incorrecta, no pueden funcionar de forma adecuada y forman agregados, pequeños grupos que afectan el funcionamiento de los órganos.

En el caso del Párkinson, se trata de una proteína llamada alfa-sinucleína. Este dato se confirmó tras hallarse la presencia de estas placas de proteína mal plegada en el cerebro de cadáveres de pacientes con Párkinson.

El vínculo entre el intestino y el cerebro

Lo novedoso de este nuevo estudio es que la proteína alfa-sinucleína mal plegada se origina en el tracto gastrointestinal y se propaga hacia el cerebro a través del nervio vago, una vía neuronal que conecta ambos órganos.

El paso siguiente que realizarán Kulkarni y su equipo es investigar el vínculo entre los cambios celulares y moleculares causados por el daño de la mucosa y sus efectos sobre la alfa-sinucleína en el intestino.

Importancia del seguimiento de pacientes con problemas gastrointestinales

Mientras tanto, los expertos sugieren aumentar el seguimiento de pacientes con daño en la mucosa y enfermedades relacionadas, como úlceras pépticas, esofagitis e infección por H. pylori.

Hay motivos para ser cautelosos, pero no para entrar en pánico. No estamos afirmando que todas las personas con daño en la mucosa desarrollarán Parkinson. Sin embargo, existe una relación y necesitamos entender los mecanismos que podrían ayudar a reducir el riesgo en estos pacientes, aclara Kulkarni.

De este modo, los resultados de dicha investigación cobran importancia para facilitar la detección temprana del Párkinson, mejorar su tratamiento y, con suerte, algún día permitir su prevención.

Es importante acudir a un especialista cuando se presenten síntomas en caso de enfermedad y nunca automedicarse.

Juan Hernández

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