En una sociedad cada vez más digitalizada, la disponibilidad de contenido pornográfico es más accesible que nunca. Sin embargo, la exposición crónica a este tipo de contenido puede tener consecuencias devastadoras en nuestra salud mental y física, así como en nuestras relaciones interpersonales. Según la experta en sexualidad Marian Rojas Estapé, vivir sumergido en la pornografía puede llevar a adicción, aislamiento social y problemas de autoestima. Además, este tipo de contenido puede distorsionar nuestra percepción de la sexualidad y las relaciones, llevando a una falsa expectativa de lo que es normal y sano. En este artículo, exploraremos las alarmantes consecuencias de la pornografía en nuestra salud y relaciones, y qué podemos hacer para evitar caer en esta trampa.
La peligrosa adicción a la pornografía: consecuencias devastadoras para tu salud y relaciones
Los expertos llevan tiempo alertando sobre los peligros del acceso a la pornografía en edades cada vez más tempranas, contenido cada vez más extremo y un aumento constante en la cantidad de personas enganchadas a este tipo de contenido. Incluso el Gobierno de España ha establecido como objetivo limitar el acceso a los más jóvenes con un nuevo sistema de verificación de la mayoría de edad.
Recientemente, la reconocida psiquiatra Marian Rojas Estapé alertó en su cuenta de Instagram sobre las consecuencias de un consumo desmesurado de pornografía, que puede generar adicción.
Las consecuencias de un consumo excesivo de pornografía
Según la experta, el consumo excesivo de pornografía puede tener graves consecuencias en la salud y las relaciones de las personas. Algunas de las consecuencias más destacadas son:
Cambia la forma en que se demuestra la afectividad. Esto provoca que los actos sexuales se conviertan en encuentros con tintes impulsivos, agresivos y poco cariñosos.
El sistema de recompensa y gratificación varía. Consumir porno de manera habitual genera grandes cantidades de dopamina, lo que provoca que se desarrolle tolerancia y se necesite más dosis, más cantidad y más intensidad para la excitación.
Es más difícil disfrutar de los pequeños placeres del día a día.
Genera inseguridades. Muchos comparan sus cuerpos con los de los actores y actrices porno, lo que genera inseguridades en cuanto al físico y mucha presión por intentar rendir de la misma manera.
Se reduce la corteza prefrontal. La adicción a este contenido afecta a la atención, al estudio y la memoria, y reduce la empatía.
Alterna la manera en que los hombres se relacionan con el sexo femenino. La mujer suele ser vista como un objeto.
La pornografía provoca una visión más egoísta, narcisista, hedonista, agresiva e irresponsable de la sexualidad y por tanto, afecta a cómo se percibe y se vive la sexualidad de pareja, resumió la experta en su publicación.
Es importante ser conscientes de los peligros del consumo excesivo de pornografía y tomar medidas para evitar que afecte nuestra salud y nuestras relaciones.
Deja una respuesta