La Real Madrid de Becker baila kaseko
En un sorprendente giro de eventos, el Real Madrid, uno de los equipos de fútbol más exitosos del mundo, se ha unido a la fiesta del kaseko, un popular estilo de música y danza originario de Surinam. La noticia ha generado gran revuelo en el mundo del fútbol y la música, ya que nunca se había visto al equipo blanco involucrado en un proyecto de este tipo. Según fuentes cercanas al club, el entrenador Boris Becker es el artífice detrás de esta inesperada unión entre el fútbol y la música. ¿Qué motivó a Becker a tomar esta decisión? ¿Cómo afectará esta novedad al rendimiento del equipo en la próxima temporada? A continuación, te contamos todos los detalles de esta sorprendente alianza.
Becker, el 'Spiderman' de la Real Madrid, baila kaseko y cambia el ritmo de la Liga
Hay un nuevo protagonista en el ataque de la Real Madrid. Y no es ninguno de los delanteros, es Sheraldo Becker. 2024 ha cambiado a la Real. No le ha sentado demasiado bien el año en lo futbolístico y ha sufrido mucho para sacar partidos adelante. No ha estado muy bailonga la escuadra realista, en definitiva.
Al menos hasta que descubrió el kaseko (género musical de Surinam), que es lo que escucha y baila esta Real ahora mismo al son de Sheraldo ‘Spiderman’ Becker. El de Surinam ha cambiado los ritmos circadianos de los de Imanol. Y de qué manera.
El cambio que necesitaba la Real
Roberto Olabe maniobró en enero trayendo a dos jugadores de rendimiento inmediato como Javi Galán y Sheraldo Becker. El primero lo ha jugado casi todo, y bien. El segundo marcó en su debut, sí, pero le ha costado más mostrar su fútbol. Hasta que se recuperó de su lesión e Imanol le consiguió encajar en un equipo muy distinto a sus características.
Es, probablemente, el mejor jugador, o de los mejores, del último mes y medio de los txuri urdin, además de ser clave de manera directa en la obtención de los puntos. Está aportando cosas distintas, desde luego.
Un destrozo al espacio
Imanol agitó el árbol y ‘se cargó’ a Take y Barrenetxea por decisión técnica para ubicar a Becker a pierna natural y devolver a la banda a Oyarzabal, dejando a un nueve más rematador y puro como Silva.
La clave era encontrar a los extremos, sobre todo al de Surinam, en ventaja para que pusieran centros propicios. Y así fue. Sinkgraven pidió auxilio durante una hora. Tal fue el impacto de Becker que Imanol le mantuvo en el campo 89 minutos, lo que supone su partido más largo como txuri urdin.
Presionó bien, buscó el espacio sin parar, sembró el pánico en la zaga amarilla, provocó córneres, dio una asistencia y marcó un golazo. ¿Qué más se le puede pedir?
La química con los compañeros
La química con los compañeros es cada vez mayor. No hay más que ver el primer gol. Turrientes se soltó la melena e intuyó el desmarque de ‘Becks’ para meterle un pase filtrado fantástico. Becker centró raso por delante de la zaga y provocó el gol en propia.
No se quedó ahí la exhibición puesto que sentenció el choque antes del descanso con un latigazo casi sin ángulo que levantó hasta al más perezoso de los 30.000 asistentes. Golazo y nueva celebración de superhéroe.
Las otras novedades, también acertadas
El regreso al once de Brais Méndez supuso una grata noticia para la Real. Mostró un buen nivel en la mediapunta, quizá de más a menos, e incluso dejó una bonita asistencia a Becker. Jon Pacheco tuvo que sustituir al sancionado Zubeldia y lo hizo realmente bien. Ayudó a que el equipo mantuviera la portería a cero.
Se le vio atento para corregir, preciso con el balón. Incluso marcó su segundo gol con la Real al estar atento, pero fue anulado por fuera de juego. No estuvo mal André Silva, en su regreso a la titularidad, donde rinde mejor que como revulsivo. Se asoció, trabajó en la presión, tiró desmarques e incluso estrelló en el larguero un remate mordido de cabeza. No fue una actuación ni cercana a brillante, pero sí mejorada respecto a sus últimas apariciones.
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