En el corazón de Holanda, hay un lugar que late con una intensidad emocional única. Eindhoven, la ciudad de la luz, es más que un lugar geográfico; es un escenario de recuerdos, un depósito de emociones que se han ido acumulando a lo largo de 18 años de historia llena de pasión. En este lugar, la nostalgia se mezcla con la emoción, y la ilusión se convierte en un viaje en el tiempo que nos lleva a revivir los momentos más intensos de nuestra vida. En las siguientes líneas, vamos a revivir la historia de Eindhoven, una ciudad que ha dejado un legado emocional en el corazón de todos aquellos que la han conocido.
La nostalgia de Eindhoven: 18 años de historia y recuerdos que aún nos dejan con el corazón en vilo
El Sevilla añora como nunca aquel 10 de mayo de 2006, del que este viernes se cumplen 18 años, en que llegó el inicio del maná de títulos. Aquel equipo construido por Monchi y Del Nido y dirigido por Juande Ramos hizo historia, y de las grandes, en el fútbol español. Cinco títulos en un año y medio y el pistoletazo de salida a una era dorada que dejó en las vitrinas de Sánchez Pizjuán nada menos que 11 títulos, empezando por aquella primera Copa de la UEFA alzada en Eindhoven con un contundente 4-0 al Middlesbrough.
Ahora, en un momento de crisis institucional, deportiva y económica, nunca fue tan añorado semejante logro, que provocó la locura en el sevillismo, una afición que llevaba 58 años sin vivir la experiencia de una final (ni nacional ni europea) y a la que zamarreó aquel gol de Puerta al Schalke 04 un jueves de Feria.
La era dorada del Sevilla
Después de aquello, el Sevilla levantó la Supercopa de Europa ante el Barcelona (0-3), la Copa del Rey frente al Getafe (1-0), la Supercopa de España goleando al Madrid en el Bernabéu (3-5) y la segunda Copa de la UEFA ya en 2007 frente al Espanyol en Glasgow en la tanda de penaltis. Todo en un año y medio.
Tuvo que ocurrir una desgracia, la muerte de Puerta, para que aquel Sevilla desfalleciera. Le dedicó la final de la Supercopa ante el Milan a su jugador repentinamente desaparecido, imposible no doblar la rodilla tras dos días de duelo.
El crecimiento del Sevilla
Pero aquello pondría las bases de un crecimiento descomunal. El Sevilla peleó por el título de Liga aquel año, aunque la temporada siguiente la marcha inesperada de Juande al Tottenham a mitad de Liga fue otro escollo que sortear. Pero el Sevilla no se detuvo. Ganó una Copa del Rey en 2010 y tras años de dudas con baile de técnicos (Manzano, Marcelino, Míchel…) fue con Emery cuando llegó la trilogía: tres Europa League entre 2014 y 2016, y luego con Lopetegui la de la pandemia en 2020 e incluso en año de crisis con Mendilibar tocó plata repitiendo con la séptima en 2023.
Pero aquel 10 de mayo empezó todo. Con un desplazamiento histórico del sevillismo a Eindhoven, aquella máquina de ganar se merendó al ‘Boro’ en un santiamén. Luis Fabiano de cabeza a pase de Daniel Alves hizo el primer tanto en la primera parte y en la segunda en la recta final Maresca haría dos goles en un espacio de cinco minutos, del 79 al 84, éste de penalti. Y ya Kanouté, que salió desde el banquillo por unas molestias, hizo el 4-0 final.
La vuelta a Sevilla
La vuelta a Sevilla fue apoteósica. Desde el aeropuerto, en un autobús descapotable, el recibimiento de toda la ciudad fue impresionante durante todo el recorrido hacia la Puerta de Jerez (donde el sevillismo sólo recordaba celebrar algún que otro ascenso), la Catedral, el Ayuntamiento y, por último, la fiesta en el Sánchez Pizjuán.
Hoy, con muchas incógnitas y dudas sobre el próximo proyecto, con Monchi fuera del club, Del Nido peleado con su hijo y guerreando en los tribunales por recuperar el control, y sin las ideas claras sobre quién será el entrenador del año que viene, la afición del Sevilla añora más que nunca aquel 10 de mayo hace ahora 18 años.
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