En un encuentro emocionante celebrado en el estadio de Son Moix, el regreso de Juan Román Riquelme marcó un antes y un después en el partido entre el Mallorca y el Atlético. La presencia del mítico jugador argentino en el campo fue el detonante para que el equipo visitante lograra una victoria clave en su lucha por clasificarse para la Champions League. La unión y la coordinación entre los jugadores del Atlético en la cancha fue clave para lograr este triunfo, que coloca al equipo a las puertas de la Champions. El ambiente en el estadio era de gran expectación, y el regreso de Riquelme no defraudó, ya que su experiencia y liderazgo fueron fundamentales para la victoria.
El regreso a la normalidad: el Atlético de Madrid gana en Mallorca y se acerca a la Champions
El Atlético de Madrid sacó los tres puntos de Palma de Mallorca (0-1) gracias a un gol de Rodrigo Riquelme en los primeros compases del encuentro. Volvió la versión seria y reconocible del cuadro colchonero, lo que sin lugar a dudas, le acerca más a la victoria.
Los rojiblancos mantienen a media docena de puntos al Athletic. La cuarta plaza, el objetivo del club, está a tiro de piedra para un equipo que recuperó sensaciones, sobre todo en defensa, por donde se construyen los equipos y los proyectos.
Un cambio necesario
Cuando las cosas no funcionan, como el Atlético a domicilio esta temporada, hay que cambiar. No lo hacía Simeone, con los mismos resultados. En el marcador y en las sensaciones. Pero para visitar Mallorca, decidió meter el bisturí. Nada exagerado, pero lo justo para que el cuadro rojiblanco pareciera otro. Serio cuando menos, que no es poco teniendo en cuenta de donde venía.
De Paul y Molina se quedaron en el banquillo. Y el sistema pasó a un 5-4-1, con más presencia en el medio. Ya desde el inicio, con un disparo a puerta de Correa, se veía algo diferente. Y más con el 0-1, inventado por Riquelme.
El gol de Riquelme
Un saque de banda, un despeja de Nastasic y el canterano hizo el resto. Control orientado convertido en regate y chut seco, abajo, pegado al palo. Buen gol que no hizo sino dar más calma a los colchoneros, que controlaban el partido a su antojo, con un Mallorca maniatado que solo podía meter miedo (y poco, la verdad) con centros laterales y a balón parado.
Lo defendía bien el Atlético, por cierto. Con esférico, los del Cholo estaban cómodos, tocando sin prisa, con posesiones largas gracias a la superioridad en el medio del equipo. Ayudaba no tener pérdidas groseras. Cuando miraba al área bermellona llevaba peligro, como cuando tras una gran combinación colectiva Correa dejó a Hermoso ante Rajkovic, pero disparó al lateral de la red.
La segunda parte
Del vestuario salió Simeone sin Hermoso. Y con Molina. Azpilicueta pasó al central izquierdo. Quería el Mallorca presionar arriba, lo que generaba espacios atrás que a punto estuvo de aprovechar el Atlético. Correa llevó la contra y cedió a Llorente, que no controló de la mejor manera para acabar echándola arriba en el mano a mano.
Movió ficha Aguirre, dando entrada a Larin y a Morlanes. En esas, el Atlético había cedido protagonismo con balón al Mallorca y abusaba de los desplazamientos largos con Correa o Barrios como teóricos receptores. Complicado que ganasen alguna.
Solidaridad defensiva
Mientras, el Vasco preparaba el bombardeo, mandando a Raíllo al ataque junto a Larin y Muriqi para colgar balones. No hubo ninguno bueno para poner en aprietos a los zagueros colchoneros, entre los que ya se encontraban Savic y Reinildo (el primero entró por Molina, lesionado y el segundo por un notable Azpilicueta).
No hubo tiempo para más y el Atlético volvió a ofrecer una versión seria a domicilio, lo que propició que sumara tres puntos de oro para mantener a seis al Athletic y acercarse al Barcelona, al que tiene a seis. con 12 por delante y el ‘goal-average’ perdido. La tercera plaza parece una quimera, pero de aquí a final de temporada, el Atlético debe asegurar la cuarta plaza y recuperar sensaciones, algo que comenzó a hacer en Palma de Mallorca.
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