En el mundo del fútbol, la polémica y el drama suelen ir de la mano. Y no hay mejor ejemplo que la tormentosa relación entre César Luis Menotti, el legendario entrenador argentino, y el Atlético de Madrid. En este artículo, nos sumergiremos en la historia de desencuentros y desavenencias que rodearon la etapa de Menotti en el banquillo colchonero, desde el éxtasis de la victoria por 0-4 sobre el Real Madrid hasta las tensiones con los dirigentes Gil y Gil. ¿Qué llevó a esta unión tan prometedora a terminar en discordia y conflicto? La respuesta, en las siguientes líneas.
El grito de guerra que desencadenó la caída de Menotti
En el recuerdo de la afición del Atlético de Madrid, surge imborrable el rotundo 0-4 al Real Madrid en el Santiago Bernabéu, cuatro meses antes de que los resultados y las discrepancias con Jesús Gil y Gil desembocaran en la destitución de César Luis Menotti como entrenador del equipo rojiblanco.
La fiesta de la victoria: Menotti y el Atlético de Madrid, una leyenda que se desmoronó
Entre un momento y otro, cuando el Atlético era tercero en LaLiga, a once puntos del Real Madrid, transcurrió una vuelta de Liga, apenas 19 partidos, en una época en que cualquier entrenador que asumía el banquillo rojiblanco sentía la incertidumbre de un cargo más que inestable, expuesto a los marcadores, pero también a cualquier decisión fulminante del entonces presidente del Atlético, Jesús Gil y Gil.
En julio de 1987, el Atlético contrató a Menotti para dirigir al equipo rojiblanco, fuera de competición europea para aquella campaña. Mi tarea ahora en el Atlético es ordenar su situación deportiva. Hay que hacer un equipo, expresó el entrenador, que llegó con la ambición de devolver al conjunto madrileño a la cima de LaLiga, que no ganaba desde 1977 y que no volvió a lograr hasta 1996.
De la gloria al desencuentro: la breve pero intensa aventura de Menotti en el Atlético de Madrid
Aquel Atlético de Paulo Futre, Roberto López Ufarte, Julio Salinas, Jesús Landaburu, Quique Ramos, Quiere Setién, Roberto Simón Marina, Eusebio Sacristán, Juan Carlos Arteche, Andoni Goikoetxea, Tomás Reñones o Abel Resino empezó las primeras nueve jornadas de Liga con seis triunfos, dos empates y una derrota para ser segundo, a tres puntos del Real Madrid, al que visitó el 7 de noviembre de 1987 en el apasionante derbi madrileño.
El Atlético goleó por 0-4 al Real Madrid. Julio Salinas marcó el 0-1 a los diez minutos, Paulo Futre firmó el 0-2 en el 50 y López Ufarte agrandó la goleada con el 0-3, en el 74, y el 0-4, en el 82, entre la lluvia, en una formidable victoria que situó al conjunto rojiblanco a un único punto de la cima de la tabla que ocupaba su 'eterno' rival, con 10 encuentros disputados.
En la jornada vigésimo tercera, el Atlético -ganador de 15 de esos 23 duelos, con 4 empates y 4 derrotas a esas alturas de curso- seguía segundo, a tan solo cuatro puntos del liderato del Real Madrid, cuando encadenó una serie de resultados negativos que lo relegaron de la competencia por el título. La destitución de Menotti ya estaba escrita.
Cinco días antes, Gil y Gil esperaba su dimisión, por los malos resultados, con las discrepancias de fondo que habían surgido ya tiempo antes. La primera, en el octubre anterior, antes del duelo frente a la Real Sociedad en San Sebastián, cuando el dirigente llamó la atención a su técnico por la vida nocturna de sus jugadores.
El 21 de enero de 1988, también en esa ciudad, con la derrota y la eliminación de su equipo en los cuartos de final de la Copa del Rey por 3-1 ante la Real Sociedad. Gil se reunió más de una hora con sus jugadores. No le gustó a Menotti.
La derrota por 1-3 contra el Real Madrid en el Calderón, con los goles de Rafael Gordillo, Hugo Sánchez y Emilio Butragueño fue el último encuentro de Menotti al mando del Atlético. El 20 de marzo de 1988. El proyecto del entrenador César Luis Menotti al frente de nuestro equipo ha fracasado, dijo ya antes del partido Gil y Gil en declaraciones a 'Radio Belgrano'.
Al día siguiente, Menotti se daba por desvinculado de la entidad, aunque no se planteaba una dimisión ni Gil y Gil lo había destituido formalmente aún. No se puede trabajar con un presidente que echa la culpa de las derrotas a los jugadores. Así es imposible una relación buena, declaró el técnico, que, cinco días más tarde, firmó el finiquito de su contrato. Su sustituto fue José Armando Ufarte. El 12 de abril, apenas 18 días después, fue destituido.
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