El reconocido empresario Amancio Ortega ha causado revuelo al lograr vender su lujoso megayate Drizzle, una acción que ha generado gran expectación en el mundo de los negocios y la alta sociedad. La transacción ha sido destacada por el enorme monto económico que se ha embolsado el magnate español, consolidando así su posición como una de las fortunas más importantes a nivel mundial. La venta de este impresionante yate, símbolo de lujo y exclusividad, ha sido motivo de interés y especulación en los círculos financieros internacionales, demostrando una vez más la influencia y el poderío económico de Ortega en el mercado global.
Amancio Ortega vende su megayate Drizzle por una fortuna millonaria
El pasado mes de noviembre de 2021, en medio del boom de la compraventa de yates entre los grandes multimillonarios, Amancio Ortega, una de las primeras fortunas de España y fundador de Inditex, puso en venta su embarcación por la friolera de 76 millones de euros. Ahora, más de 2 años y medio después, ha conseguido venderlo.
El Drizzle, su yate, tiene 67 metros de eslora y 11 de manga. Con un precio de salida de 76 millones de euros, se convirtió en uno de los 25 barcos más caros a la venta en este momento.
Tras esta venta, y según informó en su momento el diario Expansión, el empresario gallego habría adelantado ya 29,5 millones, a través de la sociedad Claritas Company, para la construcción de un nuevo megayate que tenía una fecha de entrega este mismo año y cuyo precio final sería de 182 millones.
Así es 'Project 2024', el espectacular nuevo yate de Amancio Ortega
Amancio Ortega compró por 95 millones el Drizzle en 2017. Construido en 2012, el millonario español realizó en 2019 una remodelación completa de su interior. A bordo pueden alojarse 12 pasajeros en sus siete camarotes. Dispone de todo tipo de lujos como gimnasio, piscina, spa o sala de cine junto a sus grandes cubiertas con vistas al mar.
Llenar el depósito del yate supera los 200.000 euros, además de su mantenimiento anual que supera los seis millones de euros. La principal idea era vender el yate más grande, ya que tiene otro, el Valoria B, de menor tamaño, 47 metros de eslora, con el que puede navegar por Galicia.
El buen momento que vivía el sector de las embarcaciones de lujo hizo que la búsqueda de un comprador se adelantara.
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