En un partido que prometía ser emocionante, los Pacers no defraudaron y protagonizaron una victoria contundente ante los Knicks, empatando la serie en el juego 3. La furia desatada por los jugadores de Indiana fue demasiado para los neoyorquinos, que no pudieron contener el ritmo y la intensidad de sus rivales. El partido comenzó con un ritmo vertiginoso, con ambos equipos luchando por imponer su estilo de juego. Sin embargo, fue la defensa de los Pacers la que hizo la diferencia, logrando contener los ataques de los Knicks y aprovechar las oportunidades para contragolpear. El resultado final fue un golpe devastador para los neoyorquinos, que ahora deben recomponerse para el próximo partido.
A poca distancia del título, los Knicks se desmoronan ante los Pacers
Los New York Knicks, que hace apenas una semana parecían invencibles con su récord de 2-0, han sufrido un colapso espectacular. Los Indiana Pacers, más frescos y con mayor variedad de recursos en su juego y plantilla, les infligieron un duro golpe de realidad al derrotarlos por un abultado marcador de 121-89 en Indianápolis, igualando la serie 2-2.
En un liderazgo sin alardes ni necesidad de protagonismo, Tyrese Haliburton dirigió a los Pacers con 20 puntos, y su equipo logró anotar 31 asistencias, frente a las 18 del conjunto neoyorquino. Los Pacers, lejos del bullicio de Nueva York, ensordecieron a los Knicks con una sinfonía de juego coral y altruista.
Por su parte, los Knicks, que habían hablado de épica y intensidad, parecieron agotar su discurso en este sentido. Ni siquiera pudieron apoyarse en su líder infalible e incombustible, Jalen Brunson, quien se quedó en 18 puntos tras un escaso 6/17 en tiros de campo y un desacertado 0/5 en triples.
La derrota de los Knicks fue ampliamente merecida, ya que los Pacers demostraron ser un equipo más completo y mejor armado. Los Pacers mostraron una mayor variedad de recursos en su juego y plantilla, lo que les permitió dominar el partido desde el principio.
La serie, que ya está igualada 2-2, se vuelve a poner en juego en el próximo partido. Los Knicks deberán reencontrar su ritmo y su confianza si quieren seguir con vida en la competición.
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