Una bolsa de plástico salvó la aventura de hadas de Vincent Bouillard en el UTMB
En una sorprendente vuelta de los eventos, el ultrafondista francés Vincent Bouillard debe agradecer a una bolsa de plástico que llevaba consigo durante el UTMB (Ultra-Trail du Mont-Blanc), una de las pruebas de trail running más prestigiosas del mundo, por haber salvado su aventura de hadas en la competencia. La historia detrás de este inesperado giro es tan increíble como emocionante, y nos llevará a descubrir cómo un objeto aparentemente insignificante se convirtió en la clave para que Bouillard lograra superar los obstáculos y alcanzar el éxito en esta dura prueba de resistencia.
La Bolsa de Plástico que Salvó la Aventura de un Desconocido Corredor en el UTMB
El cuento de hadas de Vincent Bouillard, el desconocido ingeniero francés de 31 años que se convirtió en un fenómeno del trail con su reciente victoria en el UTMB Mont-Blanc, estuvo a punto de irse al traste por culpa de un bidón extraviado en el pueblo de Vallorcine.
En ese punto de control, el corredor se olvidó de volver a cargar uno de sus cuatro bidones de medio litro de agua, una cantidad que no es precisamente casual. Bajo las condiciones de calor pronunciado que se dieron durante la disputa de la prueba de 176 kilómetros y casi 10.000 metros de desnivel positivo, la organización obliga a todos los corredores a llevar dos litros de capacidad para líquidos, un requerimiento que busca combatir la deshidratación o incluso casos de golpe de calor severos ante una competición que lleva al límite el cuerpo humano.
Un Bidón Olvidado y una Bolsa de Plástico Hermética: la Historia de Cómo un Corredor no se Descalificó en el UTMB
En la subida a la Flégère, la última del recorrido, Bouillard empezó a sentirse algo deshidratado y, de hecho, poco después cayó en la cuenta del error. En el último control obligatorio del equipamiento, los jueces anotaron que el francés llevaba consigo solo tres bidones de medio litro. Todos sabían que el líder de la prueba se enfrentaba a la descalificación.
Ahora ya se sabe, porque en Vallorcine me dejé un bidón y la anécdota se ha hecho famosa, contaba Bouillard en una entrevista con I Run Far después de la victoria. Tenía toda la capacidad requerida porque tenía una bolsa de plástico hermética que puede servir para llevar agua, añadía.
El francés tuvo que improvisar y rebuscar en su mochila para encontrar ese medio litro de capacidad que le faltaba, y argumentó a los comisarios que esa bolsa de plástico hermética podía contener agua en casos de emergencia. Hubo cierta deliberación y se hicieron fotografías del recipiente, y la decisión final de no penalizarle se alargó unos 20 minutos.
Bouillard, que echó de menos ese medio litro de agua, combatió en el último descenso con el acuciante calor y el lógico agotamiento tras casi 20 horas de carrera. Estaba determinado en no tropezarme, pero lo hice con una roca a cosa de un minuto de llegar a la carretera de asfalto, relató. Pensó que se había roto un dedo del pie debido al dolor, aunque por fortuna le quedaban escasos kilómetros para completar el recorrido y entrar triunfalmente en la línea de meta en Chamonix, pueblo en el que vive: Dolía mucho, pero preferí que me ocurriera en la última milla que en la primera.
A pesar de los muchos obstáculos, tropiezos y el olvido crítico que estuvo a punto de costarle el triunfo, Brouillard terminó por marcar un tiempo de 19h54m23s en meta, un tiempo magnífico solo cinco minutos más lentos del que marcó Kilian Jornet en 2022, por ejemplo.
El ingeniero, que precisamente trabaja para la marca de zapatillas HOKA, patrocinadora principal de la prueba reina del trail running, completó su cuento de hadas gracias a una bolsa de plástico con cierre hermético. No estará de más llevar una o dos de estas en tu próxima salida a la montaña, y más en una carrera. Lección aprendida.
Deja una respuesta