¡Un récord sin precedentes! Mijaín López se adjudica su quinto título olímpico consecutivo
El deporte internacional conoce un nuevo récord sin precedentes, gracias a la impresionante hazaña del luchador cubano Mijaín López, quien se ha adjudicado su quinto título olímpico consecutivo en la categoría de lucha grecorromana. Esta histórica victoria ha sido alcanzada en el marco de los Juegos Olímpicos, donde López ha demostrado una vez más su dominio absoluto en la disciplina. Con esta conquista, el atleta cubano se consolida como uno de los más grandes deportistas de todos los tiempos.
Mijaín López, el pequeño gigante de la lucha grecorromana, se adjudica su quinto título olímpico consecutivo
En Cuba, la pequeña máquina roja del deporte, luchar es la expresión de un pueblo valiente, decidido a que nadie le golpee. A dar y que no te den. Porque en tiempos donde el deporte constituye un estandarte, los cubanos cargan con la encomienda de tirar de la nave insular en cada cita relevante y lo hacen sin pensar en los millones que puedan ganar.
Hay un contrato social entre Cuba y sus deportistas por el cual, todo se trata de enorgullecer a su país y competir por convicción. Ese es el estilo cubano, atletas que no se rinden fácilmente porque han tenido tantas dificultades y tantos tropiezos que pese a todo siguen estando en la élite del mundo.
Un récord histórico
Y uno de los grandes símbolos de la revolución comunista cubana logró lo que nadie había hecho hasta ahora, ganar cinco oros consecutivos en el mismo deporte. Mijaín López superó con facilidad a Yasmani Acosta en la final de la lucha grecorromana de 130kg en París 2024.
La lucha cubana es una danza de estilistas. De hombres que entran, embisten, salen, vuelven a entrar, bailan para el espectador y generan un espectáculo distinto. Y Mijaín agita la presión, la mastica, lo ingurgita todo, lo traga, ejecuta lo que sus ojos ven, sus oídos escuchan y su cerebro crea.
El cubano, armado con unos brazos que parecen dos bloques de cemento, sometió al chileno Yasmani Acosta -nacido en Cuba-, que no pudo oponer resistencia a sus embestidas. La pelea terminó 6-0.
La escuela cubana de la lucha
Fidel Castro utilizó el deporte como propaganda para hacer que su revolución fuese popular y llegase al mundo y por eso invirtió grandes cantidades de dinero. La escuela cubana de Teófilo Stevenson, Felix Savón o Alcides Sagarra, basada en el deporte como el derecho del pueblo, la masividad como clave del desarrollo del movimiento y la apropiación de la tradición para que todos los negros y pobres tuviesen la oportunidad de desarrollar su cualidad, explica la alta densidad de atletas de primer nivel.
Una trayectoria de oro
A sus 41 años, Mijaín competía por sexta vez consecutiva en unos Juegos Olímpicos. En los primeros, los de Atenas 2004, quedó quinto, su peor posición de siempre. En los siguientes, Pekín 2008, ya ganó el oro y ya no lo soltó jamás. Venció en Londres 2012, Río 2016, Tokio 2020 y París 2024.
De esta forma, el cubano supera a los cinco deportistas que lograron ganar cuatro oros consecutivos como él: los atletas Al Oerter (disco) y Carl Lewis (longitud), la japonesa Kaori Icho (lucha libre) y los nadadores estadounidenses Michael Phelps (200 estilos) y Katie Ledecky (800 libre).
La retirada de un gigante
Después de ganar, el cubano confirmó su retirada definitiva de la alta competición al ponerse de rodillas en el suelo y hacer el clásico ritual simbólico de la lucha grecorromana de dejar las zapatillas puestas en el centro. “Aquí termino”, dijo el gigante cubano de 1,96m y 130kg mientras miles de personas no paraban de aplaudirle en pie.
“Hay que dejar espacio a los jóvenes que vienen. La lucha ha sido toda mi vida”, afirmó muy emocionado en París tras escuchar por última vez los acordes de la Bayamesa.
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