En un partido que se esperaba emocionante, Uruguay y Luis Suárez dijeron adiós a la Copa Mundial de manera inesperada. El encuentro que enfrentó a la selección charrúa con su rival en el estadio, terminó en un empate sin goles, un resultado que no satisfizo a ninguno de los dos equipos. La expectativa generada por la presencia de Luis Suárez, figura clave de la selección uruguaya, no se vio reflejada en el campo, donde el juego ofensivo brilló por su ausencia. Con este resultado, Uruguay se despidió de la Copa Mundial sin haber podido mostrar su verdadero potencial.
Uruguay y Luis Suárez se despiden de la Copa Mundial en un empate sin gloria
Nadie quería irse del Centenario de Montevideo. Ya habían pasado 40 minutos después del pitazo final del argentino Herrera, ya se había visto el video con los mejores goles de Luis Suárez, ya se había escuchado los mensajes de Messi, Neymar, Enzo Francescoli y el 'Loco' Abreu en la despedida de Luis, también había subido al escenario el Maestro Tabárez para fundirse en un abrazo con el homenajeado, pero nadie quería irse.
La gente, el hincha común, fue al Estadio a agradecer. A agradecer a Suárez por 17 años de adhesión a la camiseta uruguaya, por 143 partidos, por 69 goles, por épica y por resiliencia, por sentirse identificado con el ídolo. Entonces, cuándo la música empezó a desaparecer y el show del final del partido a culminar, igual, nadie quería irse. Porque abandonar ese asiento era asumir que el 9 no va a vestir nunca más la camisa 9 de Uruguay. Y así es, aunque cueste creerlo.
En el medio, hubo un partido de fútbol. De Clasificatorias Sudamericanas. El peor de la era Bielsa para Uruguay. Sin conexión ofensiva, sin intensidad sobre el arco de Roberto Fernández y con una sola chance clara en 90 minutos, una pelota que dio en el palo tras una pirueta de quién mas?, Luis Suárez, a centro de Pellistri.
Hubo un partido que representó el inicio de la era Gustavo Alfaro para Paraguay, y un esbozo de recuperación del ADN del fútbol guaraní de siempre, aguerrido, bien plantado en el fondo, seguro. y con viveza y rapidez para aprovechar los errores defensivos de Uruguay. Con la habilidad y potencia del jóven Julio Enciso, del Brighton inglés, y con la sabiduría de Miguel Almirón, también en punta.
La celeste no supo disimular las ausencias por lesión y suspensión. En la zaga perdió a Ronald Araújo, Josema Gimenez, Mathias Olivera y Matías Viña. En el medio a Rodrigo Bentancur, Nicolás de la Cruz y Giorgian De Arrascaeta. Y arriba, nada menos que al goleador de las Clasificatorias Sudamericanas, Darwin Nuñez. Demasiado.
Paraguay tuvo menos la pelota que Uruguay, pero fue más peligroso. El local sufrió el partido y pudo perderlo. Pero al final fue 0-0.
Poco le importó a las 50 mil personas que poblaron el Estadio Centenario. Habían ido a agradecer. Y no sólo a Suárez, sino también a una generación entera, porque con el retiro de Luis de la selección uruguaya se cierra definitivamente el ciclo de Sudáfrica 2010, que le permitió a los charrúas volver a los primeros planos del fútbol mundial. Entonces, los Diego Forlán, los Diego Godín, los Diego Lugano, el propio Maestro Tabárez, recibieron el afecto desde la tribuna.
Dejaste un gran legado, le transmitió su amigo Lio Messi, a través de un video que se observó en la pantalla gigante. Suárez también recibió de parte de la Conmebol una réplica de la Copa América, la que supo ganar en Argentina en el 2011.
Y se quedó, y se quedó más rato. Fue hasta el arco de la Tribuna Colombes, que mediante un monolito fue bautizado 'arco Luis Suárez', y lo miró y lo miró.
El último baile llegó a su fin. Esta vez sin su gol, porque el palo se puso caprichoso y se lo negó. Telón final. Y silencio.
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