Un detalle clave en el arranque del Athletic Club

Un detalle clave en el arranque del Athletic Club

El comienzo de la temporada del Athletic Club ha generado un gran interés entre los aficionados y expertos del fútbol. Tras un verano de cambios en el equipo y en el cuerpo técnico, la pregunta era cómo se adaptaría el conjunto rojiblanco a las nuevas circunstancias. Sin embargo, un detalle clave ha llamado la atención de todos y ha sido fundamental en el arranque del equipo en la presente campaña. La nueva táctica implementada por el entrenador ha permitido al Athletic Club mostrar un fútbol más sólido y compacto, lo que se ha traducido en resultados positivos en los primeros partidos del campeonato. ¿Cuál es ese detalle clave que ha marcado la diferencia en el arranque del Athletic Club?

Athletic Club: un desafío para superar la segunda parte

Después de cinco jornadas completadas, un dato llama la atención en el Athletic Club. La muestra aumenta y los análisis se pueden realizar desde una base más sólida. Las segundas partes se le hacen bola al cuadro rojiblanco.

Lo sucedido en Las Palmas fue el último ejemplo de una película que se repite, aunque esta vez no hubo que lamentar puntos que se quedaran en el tintero. El cuello de la camisa apretaba de lo lindo en la media hora final a raíz de quedarse con diez. Todo estaba muy encarrilado en el descanso con el 0-2, no sentenciado, pero un minuto fatídico hizo peligrar el triunfo.

Un desajuste defensivo, un error de Jauregizar que le costó la expulsión y otro fallo de Agirrezabala en la falta de Sandro. 1-2 y a remar fuerte. Paredes aumentó el colchón anotando el primer gol zurigorri de la temporada en una segunda parte, sin embargo Alex Muñoz acercó otra vez a los locales para impedir un final más tranquilo.

Una historia conocida para el Athletic a lo largo del primer mes de competición. Los segundos tiempos se le atragantan, sobre todo a nivel de resultados. Venía de quince días “rumiando”, en palabras de Valverde, la última jugada contra el Atlético. Un punto que se escapó in extremis de sus manos.

Contra el Getafe se fueron 1-0 al descanso, sin grandes alardes, y no supieron mantener la renta. Uche niveló en un córner. Más de lo mismo contra el Barça. Del empate en el ecuador a esfumarse tras el descanso y ceder con el tanto de Lewandowski.

Cierto es que ante el Valencia hubo una excepción. El 1-0 del intermedio fue el que reflejó el marcador final, pero sin tener la fluidez inicial. Por último, el mencionado compromiso contra la tropa de Simeone en el que siendo un segundo acto en el que el Athletic mostró buenas maneras, no lo pudo traducir en goles y, para colmo, lo perdió sobre la bocina.

Se atisba un ligero patrón. Lo más sencillo en estos casos suele ser achacarlo al físico y a que el conjunto rojiblanco va de más a menos en sus partidos. Pero la sensación es que esa explicación no se ajustaría a la realidad, especialmente porque los fallos ante Las Palmas y Atlético han sido más desde el plano individual.

Ahí sí tiene un aspecto sobre el que trabajar el Athletic. La clave para el Athletic: mejorar en la segunda parte de los partidos, un desafío que debe ser superado si quieren alcanzar sus objetivos en la temporada.