Travé sale vacío después de quedar en quinto lugar sin medalla en el C1 Slalom
La decepción invade al equipo español después de que el piragüista español, Travé, no lograra obtener una medalla en el campeonato de C1 Slalom. El deportista español finalizó en un quinto lugar, fuera de los puestos de podio, en una competición que se esperaba que fuera más favorable para él. La expectación generada en torno a su participación se vio truncada por un rendimiento que no estuvo a la altura de las expectativas. Ahora, Travé y su equipo deberán analizar lo sucedido para intentar mejorar y superar este revés en futuras competiciones.
Miquel Travé, quinto lugar sin medalla en el C Slalom de piragüismo en París
El leridano Miquel Travé, de 24 años, crecido en La Seu d'Urgell y en el Parc Segre, la verdadera 'Masia' del piragüismo español, rozó con la punta de los dedos la medalla en la final de C1 Slalom de piragüismo.
Rozó la medalla, más que rozar, tocó con la empuñadura de su pala la puerta 14, una de las que tocaba remontar contra la corriente del agua, y ahí se le escapó el gran golpe de su carrera. En ese momento, dos segundos de penalización lo cambiaron todo. Sin ellos, Travé hubiera sido plata. Con ellos, pasó a la quinta plaza, diploma olímpico. Excelente, pero pudo ser mucho mejor.
Es la ley del piragüismo de aguas bravas. Hay que ser rápido, técnico, controlar canoa y cuerpo y minimizar errores. Los cometió todo el mundo en un canal lleno a rebosar de público, muy cercano a Eurodisney, menos el hombre de casa, el francés Nicolas Gestin, compañero de generación de Travé y digno heredero de su compatriota y tricampeón olímpico Tony Estanguet, hoy director general de estos Juegos de París.
Gestin, que conoce este canal como la palma de su mano, arrasó. 91”36 tardó en completar un descenso de 23 puertas a lo largo de 216 metros en el que ha entrenado lo que ha querido y más. Su tiempo fue nada menos que cinco segundos mejor que el de la plata, el británico Adam Burgess (96,84) y el del bronce, Matej Benus (97”03), subcampeón en Río hace ocho años. Travé, quinto con 97”92, se quedó a 89 centésimas del bronce. Sin los dos segundos de penalización, la plata habría llevado su nombre.
El pasado año, en el test olímpico en este canal, Travé fue tercero, y llegaba a París como cuarto del ranking. Así que la medalla no era ninguna locura para un bimedallista en los pasados Juegos Europeos y campeón del mundo junior en 2018, precisamente por delante del hombre que en París se ha proclamado campeón olímpico.
Miquel Travé, durante la final de C1 Slalom EFE
En la semifinal, Travé ya mostró su excelente estilo, fluido, fino, estético. Leyendo bien el agua, sorteando corrientes y rulos, el catalán acabó segundo, de nuevo tras Gestin, pero en la final ya nadie se iba a guardar nada. Gracias a su tiempo le tocó bajar penúltimo en la final, solo sin la referencia del francés, y hasta esa fatídica puerta 14, el primer puesto era suyo. Pero el toque en la puerta con pala y mano, en el punto de sujección, lo cambió todo.
Travé es hijo del ex selecionador de piragüismo en Atlanta-96 Xavier Travé, y de su mano entró en el piragüismo con apenas siete años, y dos más tarde ya estaba en el club Cadí. Durante los últimos años, sus resultados le han avalado como una de las grandes esperanzas, ahora absoluta realidad, del piragüismo español en la misma modalidad en la que su referente personal, Ander Elosegui, logró cuatro diplomas olímpicos. Miquel, que ya tiene uno, tiene
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