Tomamos aire y nos reanudamos
Después de un intenso y emocionante camino, hemos llegado a un punto de inflexión. Es hora de tomar aire y reanudar nuestro ritmo, reevaluar nuestros objetivos y volver a enfocarnos en lo que realmente importa. En este momento crítico, nos damos cuenta de que la perseverancia y la determinación son las claves para superar los obstáculos y alcanzar el éxito. Es tiempo de reinventarnos, de redescubrirnos y de volver a creer en nosotros mismos y en nuestro potencial. En esta nueva etapa, nos comprometemos a seguir adelante con fuerza y determinación, a volver a crecer y a mejorar, y a superar los desafíos que se nos presenten.
Tomamos aire y nos reanudamos
La Real Sociedad recupera el ritmo y vuelve a ganar en casa
El pasado sábado, la Real Sociedad se enfrentó al Valencia en un partido que se planteaba como una situación delicada para ambos equipos, igualados en puntos y ubicados en la zona baja de la tabla. Afortunadamente para la Real, fue Rubén Baraja y su Valencia quien debió gestionar un escenario aún más deteriorado después del encuentro. La Real Sociedad ganó en casa, delante de su público, algo que había sido un lujo en las últimas fechas.
La pregunta que todos nos hacíamos era cómo manejaría el equipo una situación semejante, ya que inevitablemente los nervios tenían que aflorar por algún lado. Después de una pretemporada que no había transcurrido como Imanol había delineado, el equipo había arrancado la competición al ralentí, sumando a duras penas y proyectando una imagen altamente preocupante.
Heridas abiertas
El decepcionante arranque de temporada del equipo de Imanol ha tenido la virtud de plantear situaciones absolutamente desconocidas en el último lustro. Acostumbrados a cohabitar con los grandes en la zona noble de la tabla, liberados de cualquier situación de nervios vinculada a posiciones comprometidas, y permitiéndose la licencia de mojar la oreja a algún grande de Europa, verse de repente desarraigados del paraíso y deportados a parajes inhóspitos, donde el sufrimiento es la moneda de cambio, ha generado comportamientos más propios de tiempos pretéritos, presuntamente superados.
Que Imanol y su equipo de trabajo han conducido a este equipo hasta cotas insospechadas hace escasamente unos años, resulta una verdad incontestable, casi dogmática. Que siete partidos, siete malos partidos, hayan bastado para poner en tela de juicio la capacidad del oriotarra para reorientar este trance, ponen de manifiesto otros males peligrosamente ocultos en tiempos de bonanza, pero que emergen a la superficie en cuanto la ocasión lo propicia.
¡Qué bueno que viniste, Nayef!
Es curioso la cantidad de tiempo que solemos emplear en recordar el tiempo necesario para que un futbolista nuevo, procedente de otras latitudes, se adapte a los nuevos hábitos de su nuevo equipo. Y, de repente, llega un marroquí, procedente de la Premier, para apuntalar de urgencia la defensa, y encaja desde el primer momento como un guante. ¿Quién dijo período de adaptación?
Prevenir ahora, no lamentar mañana
En unos pocos días hemos asistido a episodios deleznables protagonizados por espectadores en distintos estadios de fútbol del planeta. Es preocupante la escalada de incidencias de este tipo en los últimos tiempos, y, o se toman medidas urgentemente para atajarlas, o algún día, no muy lejano, podríamos estar lamentando pérdidas irreparables. Mañana llega el Anderlecht, y estamos avisados.
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