En un enfrentamiento que promete ser histórico, el tenista español Carlos Alcaraz y el serbio Novak Djokovic se encontrarán en la final olímpica más esperada de los últimos años. La expectación es máxima en el mundo del tenis, ya que estos dos monstruos de la raqueta se enfrentarán en una batalla que marcará un precedente en la historia de este deporte. La final olímpica de tenis masculino será el escenario donde se dirimirá el duelo de la vida entre Alcaraz y Djokovic, dos jugadores que han demostrado ser los más fuertes en la actualidad. ¿Quién será el ganador de este enfrentamiento épico? La respuesta la daremos en las próximas horas.
La batalla del tenis: Alcaraz y Djokovic se enfrentan en la final olímpica más esperada
Voy a por el oro, pero me queda ante un desafío enorme. Novak Djokovic sabe mejor que nadie que Carlos Alcaraz es el mayor reto del tenis actual. Lo sufrió hace apenas un mes en la final de Wimbledon, único precedente entre ambos este año, donde el español le masacró en tres sets.
Viene de encadenar títulos en Roland Garros y el All England Club, y está a un solo paso de coronar esta mágica racha con un oro olímpico. Está desplegando un tenis devastador: tiene todo el repertorio de golpes, las piernas, la actitud y el instinto asesino necesarios para ser el mejor. Y, con 21 años, también el descaro de la juventud.
La gran final del tenis olímpico en París, el domingo no antes de las 14 horas, no podría tener mejores protagonistas ni presentar mayores atractivos. Un viejo lobo alfa el serbio, superviviente de mil batallas, ante un cachorro excepcional del que sabe que heredará su trono pero al que no quiere ceder el paso todavía.
La obsesión de Djokovic por el oro olímpico
Porque si Djokovic tiene una asignatura pendiente es ganar un oro olímpico, la única alacena vacía de sus repletas vitrinas con 24 títulos de Grand Slam. Y no es que no lo haya intentado; por porfía no queda. Está en sus quintos JJ.OO puesto que debutó en Pekín'2008. Llevo esperando esto desde hace casi 20 años. He disputado cinco Juegos y nunca había pasado de 'semis' hasta ahora.
Su única medalla olímpica individual, un bronce en Pekín, llegó hace 16 años. Luego, un rosario de decepciones, la última en Tokio cuando cayó ante otro español, Pablo Carreño, en la pelea precisamente por la medalla de bronce.
La oportunidad de Alcaraz de hacer historia
Novak siempre ha visto vetado su camino hacia el oro en los JJ.OO. ante los que serían campeones: frente a Rafa Nadal en Pekín, ante el británico Andy Murray en Londres'12 y ante el alemán Alexander Zverev en Tokio'20. La única excepción fue en Río'16, cuando se inclinó ante el argentino Juan Martín Del Potro. Con 37 años, este es su último tren hacia ese oro esquivo que ha perseguido toda su vida.
Hará bien Alcaraz en no confiarse. Cierto que las sensaciones son inmejorables, porque viene de una racha gloriosa de resultados, porque en París ha ido de menos a más y se ha plantado en la final arrollando y porque en Roland Garros, escenario del torneo olímpico, es el vigente monarca. En el torneo olímpico no ha cedido un set. Pero tampoco Novak.
Tendré que jugar al 100% para ganar el oro, queda un partido pero es una gran montaña, advertía el murciano. Pese a estar en una burbuja olímpica que es completamente ajena a lo que acostumbra, intenta sostener una rutina en la que se siente cómodo: entrenamiento suave –en la víspera de la final se limitó a soltar los músculos durante menos de una hora-, alimentación y descanso adecuados, y el entorno habitual que le da consejos y confianza.
La historia en juego
La historia planea sobre esta final. Sólo Rafa Nadal y Steffi Graf han sido capaces de encadenar Roland Garros, Wimbledon y el oro olímpico en una misma campaña. Intentaremos no pensar en todo eso para dar lo mejor y hacer disfrutar y sentirse orgullosos a los españoles, dice Carlitos en un intento por abstraerse de la trascendencia del duelo con Djokovic.
Un triunfo conllevaría lo más seguro un tatuaje con los aros olímpicos. Carlos y Novak se han enfrentado seis veces, con tres triunfos para cada uno. En Roland Garros sólo hay un precedente, las 'semis' de 2023, cuando el español, entonces poco acostumbrado a estas magnitudes, se agarrotó y el serbio le venció en cuatro sets. Pero ha pasado más de un año y Alcaraz es un jugador completamente distinto, que ya tiene cuatro títulos de Grand Slam y ha sido número uno mundial; ahora se maneja con soltura en los escenarios más grandes.
Es la mejor final posible, tanto que parece sacada de un guión cinematográfico. Una recompensa de oro para una final de platino.
Deja una respuesta