El mundo del tenis se vio conmocionado la semana pasada en el prestigioso torneo de Wimbledon, cuando uno de los jugadores más destacados de la competición sufrió un incidente médico inesperado. Durante un partido contra su rival, el jugador comenzó a sentir un intenso dolor en la pierna que lo llevó a solicitar atención médica de inmediato. La escena fue de terror y confusión, ya que los espectadores y los compañeros de equipo no sabían qué estaba sucediendo. El jugador, que ha sido una figura clave en el torneo, se vio obligado a retirarse del partido y buscar ayuda médica. Afortunadamente, no se trató de una lesión grave, pero el incidente dejó a todos con la boca abierta.
Lloros en Wimbledon: Barbora Krejcikova y Donna Vekic sucumben al nerviosismo
Mucha emoción se desparramó por la hierba de la 'Catedral', la central del All England Club, seguramente la pista más icónica del tenis. Lágrimas de felicidad, también drama. No solo por la derrota, sino debido a la presión que encoge el brazo y el corazón, esos nervios que paralizan el cerebro.
Lloró la checa Barbora Krejcikova, que se tuvo que girar cuando la estaban entrevistando en la cancha. No pudo contener más la catarata de sensaciones derivadas de volver a una final de Grand Slam, tras un período de incertidumbre derivado de las lesiones. Nunca me pude imaginar que jugaría una final individual, señalaba la que fuera campeona de Roland Garros en 2021, que tiene dos coronas en Wimbledon pero de dobles.
Lágrimas de felicidad, de superación. Tiene una cita el sábado, a las 15:00 horas, con la italiana Jasmine Paolini. Hay tensión antes incluso de que se dispute. Mucho en juego, una oportunidad única en un torneo femenino raro, plagado de sorpresas y que deparará nueva campeona en Wimbledon.
Una ocasión que se le escapó de las manos a la croata Donna Vekic. Se vio fuera del tenis hace cinco años, por una operación de rodilla. No lograba volver a ser la jugadora que había sido. Reencontró el camino, disputó en Londres su primera semifinal de Grand Slam.
Y la responsabilidad se cernió sobre ella cuando se acercó al sueño de la final. Con 6-2, 3-1, 'break' arriba sobre Paolini. Con 4-3 y 'break'. El vértigo de ganar. Lloró Vekic, desconsoladamente, con el juego en marcha.
A veces ayuda. Sentía mucho dolor. No sabía cómo podría seguir jugando. Lo siento, explicaba compungida. Mi equipo me dice que puedo estar orgullosa. Es difícil ahora mismo. Es realmente duro. Necesitaré un par de días. Resulta complicado ser positiva en estos momentos. Estuve tan cerca, tuve muchas oportunidades. Y Vekic volvió a llorar. No pudo hablar más. Una experiencia traumática, difícil de asimilar.
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