En un nuevo episodio de tensión dentro del equipo, se han producido fuertes palabras entre el delantero Borja Iglesias y el defensor Reinildo en el vestuario del equipo. La situación se ha calificado como muy grave, ya que el jugador español no dudó en calificar el comportamiento de su compañero como una vergüenza. El incidente ha generado un gran revuelo en el mundo del fútbol, y se espera que la dirección del club tome medidas para calmar los ánimos y evitar que la situación afecte el rendimiento del equipo en el campo. La pregunta que todos se hacen es ¿cuáles son las consecuencias de este incidente y cómo afectará al equipo en el futuro?
Tensión en el vestuario: Borja Iglesias y Reinildo se enzarzan en una pelea durante el partido
No habían transcurrido ni siete minutos de juego en el estadio de Balaídos cuando el primer roce en el partido entre el Celta de Vigo y el Atlético de Madrid, se produjo.
En una jugada en la que Borja Iglesias se intentaba desmarcar tras una pared, se encontraba con un Reinildo Mandava que le ponía la pierna. A partir de ese momento, el delantero gallego y el central mozambiqueño iban a interpretar una batalla continua con varias acciones feas.
Una de ellas, incluso que podría haberle costado al delantero del Celta algo más que una amarilla y que de la que de hecho se marchaba sin consecuencia alguna.
La tensión escaló rápidamente
Después de la primera mencionada acción, Iglesias le pedía explicaciones a Reinildo y mientras ambos chocaban. El delantero caía aparatosamente después de que el africano pisara al español, que se quedaba tendido y dolorido en el césped.
Iglesias se quejaba al árbitro y pedía algo más para el mozambiqueño, pero el colegiado Víctor García Verdura no veía nada.
El delantero del Celta, muy enfadado, se dirigía al asistente. Es una vergüenza, es una vergüenza, le decía respecto a que no se hubiese entrado en videoarbitraje para castigar al jugador del Atlético.
Guerra total en el campo
A partir de ahí, guerra total. Cada contacto entre ambos era una pequeña batalla. Poco después, a los 20 minutos, Iglesias, ya con el balón fuera de la acción, impactaba adrede con el hombro en el rostro de Reinildo en una jugada que podría haber acarreado consecuencias.
El árbitro llamaba la atención, sin embargo, al colchonero, al que Simeone había dicho que se levantase y que no entrase en el juego del delantero del Celta.
La tensión en el campo era palpable, y la batalla entre Iglesias y Reinildo se convirtió en el centro de atención del partido.
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