Ganar o perder son ámbas primordiales realidades a las que se encara cualquier deportista en la competición. Ganar piensa un exitación increíble. Piensa una satisfacción que se goza a lo largo de la competición, en el momento en que acaba y tiempo después. Además de esto, piensa un aspecto motivante primordial en el momento de continuar adiestrando. Tanto los players como el cuerpo técnico prosiguen haciendo un trabajo con entusiasmo y persuadidos de que el trabajo efectuado da frutos y que el ahínco se ve, por consiguiente, retribuido.
No obstante, ¿habría de ser la victoria la única motivación para continuar realizando deporte? A mi juicio, la primordial motivación que debería llevarnos a hacer deporte, bien fuera de manera profesional o principiante, habría de ser nuestra superación día tras día y el placer que esto piensa. No es un sendero simple de recorrer tanto a nivel psicológico, fuerza de intención como físico. Con frecuencia resulta bien difícil localizar la motivación para la práctica deportiva, más que nada en sepa de competición. También, asimismo podemos encontrar distintas grados de progresión que tienen la posibilidad de motivar o desmotivar. En el momento en que semeja que el cuerpo llegó al techo, es bueno una reflexión que motive un cambio en nuestro estilo de deporte y que nos deje continuar evolucionando.
Estudiar a ganar, estudiar a perder
Una aceptable forma de efectuar este ejercicio puede ser grabando el acontecimiento competitivo, para más tarde poder observarse uno mismo y meditar qué cosas están bien fabricadas y qué mal. Otra forma puede ser hablando con un entrenador o compañero de aparato, quien pudo ver nuestro desempeño y nos puede ofrecer su opinión desde un criterio distinto al nuestro. Asimismo tenemos la posibilidad de pensar solo si contamos reconocido el fallo y el propósito de optimización, visualizando un jalón y un sendero que resulte posible realizar para lograrlo.
Otro instante esencial en el que debemos entender administrar estas conmuevas es en el instante que acaba la competición, debiendo saludar al contrincante dando la mano, la suerte o de qué forma se realice en todos y cada deporte en cuestión. O sea un ademán de deportividad, y en el momento en que uno está en la situación contraria agradece recibir ese ademán por la parte del contrincante.
La relevancia de entender ganar
Tan esencial es comprender perder como comprender ganar: existen muchas victorias objetivas que se convirtieron en enormes derrotas. Ganar es un instante puntual, es hallar tus objetivos y superarte a ti, pero todavía es un instante puntual. Charlamos de un refuerzo puntual que puede ser realmente grande, pero de nada nos sirve si nos quedamos aquí. Considera que el tiempo que pasas escalando y el tiempo que pasas en los picos que te fijas como misiones. ¿A qué lado de la balanza hay mucho más segundos?
En el momento en que perdemos debemos apreciar qué es verdaderamente lo que perdemos, ¿solo es un resultado? ¿He perdido o no logré algo de momento? ¿Cuál es mi estrategia? ¿Debo mudarla? Perder nos alienta a una charla con nosotros para poder ver por dónde vamos y si nos encontramos en el sendero preciso.