Revelación sorprendente en Wimbledon que pone en entredicho la invencibilidad de Carlos Alcaraz
En el marco del Campeonato de Wimbledon, se ha producido una sorprendente revelación que ha puesto en tela de juicio la invencibilidad del joven tenista español Carlos Alcaraz. Considerado como uno de los futuros número uno del tenis mundial, Alcaraz había demostrado una racha de victorias impresionante en las últimas semanas, lo que había llevado a muchos a creer que era invencible en la pista. Sin embargo, una información sensacional ha salido a la luz, poniendo en duda la seguridad del español en el torneo. ¿Qué ha sucedido para que se produzca este vuelco inesperado? En las próximas líneas, desvelamos los detalles de esta noticia impactante.
La verdad detrás del show de Alcaraz en Wimbledon: Un tenista en constante evolución
Carlos Alcaraz tiene 21 años, una edad que en ocasiones enmascara sus éxitos. Cuatro finales de Grand Slams, pleno de victorias. Va muy rápido, aunque continúa en fase de aprendizaje, por mucho que su despliegue de recursos invitan a pensar en un tenista “muy completo y polivalente” como le definió Novak Djokovic.
Lo es, aunque con matices que solucionar, que pulir muchas veces a través del proceso propio de la experiencia y la madurez. Su entrenador, Juan Carlos Ferrero, reconoce que a veces le darías una colleja, ya que su pupilo convierte el smash más fácil en una virguería, en un intento de matar la bola con un golpe sutil.
Un juego diferente
Carlos juega diferente. Ese tipo de golpes los tiene innatos, le salen natural. Muchas veces te sorprende y te alegra y otras veces dices, como ese smash, que parecía que iba a rematar y luego dio un semi golpe, le darías una colleja. Conocemos que tiene un juego diferente y nos da muchas alegrías también, detalla Ferrero.
El entrenador siempre optó por trabajar las condiciones del murciano respetando esa libertad creativa. Aunque invitándole a que sepa elegir cada vez mejor el momento de cuándo hay que ofrecer show y en qué instante la alta competición requiere ganar sin jugar el mejor tenis.
La evolución de Alcaraz
Alcaraz enseñó en la final con Novak Djokovic que va tomando el pulso a su estado emocional y a su táctica en partidos tan relevantes. Concentrado, apenas hubo desconexión, esas fases en que se va del partido. Y dio espectáculo, aunque desde la rotundidad de su saque y derecha. Sin líos.
El tenista confiesa que “a veces tengo que ir por el golpe eficaz en lugar de otras opciones, pero a veces lo hago porque estoy nervioso y ese tipo de tiros me relaja porque me pone una sonrisa en la cara aunque a veces haga desastres. La verdad es que siempre tengo la confianza de que saldrá.
Cataloga esas pinceladas geniales de ‘hot shot’ (golpe caliente). Atrae al público y marea al rival, porque muchas veces entran. “Sé que a veces debería jugar más al tiro efectivo, pero ese ‘hot shot’ me ayuda. A lo mejor maduro y esto se acaba, pero vamos a seguir disfrutando de lo que nos gusta: divertirnos, buscar los golpes complicados”, asegura.
Controlando los nervios
En la final controló mucho mejor los nervios que en otras ocasiones, solo aparecieron hora y media antes del encuentro, como reveló, y a la hora de cerrar el título. Una tensión de la que no se libra nadie. “Los nervios controlados son buenos y necesarios. Si no sabes cómo gestionarlos juegan en tu contra. Federer, Nadal o Djokovic los tenían, pero los sabían manejar. Yo estoy en ello”, dice.
“Es algo en lo que trabajo”, apunta Alcaraz. Con Ferrero atento y desde la perspectiva de que “va mejorando en todos los sentidos porque acumula vivencias necesarias para ello. Lo que está haciendo a su edad es fantástico. Parece casi normal por todo lo que está consiguiendo, pero tiene un valor increíble”.
La filosofía de Alcaraz
Desde la dejada, su santo y seña, a todo lo que se pueda inventar en una pista de tenis Alcaraz, muy claro. Una filosofía que deja muy claro cómo piensa y cómo es cuando llega una pelota de raqueta a sus dominios. Un Alcaraz al descubierto.
Con su juego diferente, su búsqueda de golpes complicados y su capacidad para manejar los nervios, Alcaraz va camino de convertirse en uno de los mejores tenistas del mundo. Y su evolución como jugador y como persona es un proceso que sigue en constante evolución.
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