qué hay detrás de los partidos de futbol comprados

Con un aparato de 60 personas repartidas por USA, América del Sur, Europa y Australia, el aparato de Krannich y el programa de IA (inteligencia artificial) procesan anualmente 35.000 millones de variantes en las posibilidades de las apuestas a lo largo de 890.000 partidos en 90 deportes.

El algoritmo descubre irregularidades en las pautas de las apuestas, como un incremento en el número de registros de cuentas de apuestas y enormes movimientos de dinero, los dos signos de arranque de partidos.

La política de la Copa del Planeta de la FIFA llega a EE.UU.

No es nuevo que un acontecimiento deportivo mundial se desarrolle en una atmósfera políticamente cargada. El deportista estadounidense Jesse Owens, por servirnos de un ejemplo, socavó las declaraciones de Adolf Hitler de una raza profesora nazi con su actuación en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936. En los Juegos Olímpicos de México de 1968, las estrellas norte- americanas de atletismo Tommie Smith y John Carlos fomentaron los derechos civiles con saludos del poder negro desde el podio de medallas. Muhammad Ali fue un icono racial y político, tal como del boxeo. Y los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980 y Los Ángeles de 1984 se vieron damnificados por boicots relacionados con la invasión soviética de Afganistán.

Los deportistas modernos, fabricantes en sí mismos, semejan poco a poco más libres a causas que retan a los gobernantes rectores de sus deportes. Por poner un ejemplo, el exmariscal de campo de los 49ers de San Francisco, Colin Kaepernick, que se negó a ponerse parado para el Himno Nacional en la temporada 2016 para protestar contra la brutalidad policial contra los hombres negros, encendió un movimiento deportivo y político mundial. Pero la queja asimismo encolerizó a los dueños de la NFL que desdeñan la insubordinación de los players. Y visto que Kaepernick se haya marchado hace un buen tiempo de la liga pone en duda la honestidad de las campañas contra el racismo del deporte. La NFL asimismo se vio arrastrada a un enfrentamiento potencial entre sus varios players negros y ciertos de sus fieles conservadores, lo que el expresidente Donald Trump explotó arrastrándole a su guerra cultural.

¿Por qué razón usar los datos para tomar la resolución sobre un fichaje?

En el fútbol hay distintas permisos. Se puede ser espectador, entrenador, jugador, árbitro, utillero, analista…

Hay algo que todos estos permisos tienen en común: cada uno de ellos en el momento en que ve un partido lo ve de manera diferente. Lo que a uno le ha semejado falta, a otro le semeja una piscilada. Alguien afirma que un jugador lo hizo bien, y para otra persona nuestro jugador no sabe usar los pies. Al fin y al cabo, lo que nos une es la subjetividad del acontecimiento.

Los partidos no fueron una parte de las últimas crisis sociales en múltiples países de América latina (Chile, Bolivia, Perú, Colombia, Guatemala). Desde esto, ¿tienen la posibilidad de aparecer nuevos partidos?

No fueron participantes exactamente por el hecho de que fueron desbordados por la multitud que, primero, se moviliza de una forma diferente a de qué manera lo hacía hasta hace un tiempo reducido y, segundo, se desplaza en un ámbito de identidades líquidas y que oscilan. Entre los inconvenientes que tiene cualquier institución es captar la multitud y sostenerla. Esto lo padecen formidablemente los partidos. Poca gente se identifica con los partidos. Pero es aún mucho más alarmante, para mí, que la multitud que se identifica con los partidos cambia. O sea, no existe la lealtad que se suponía y que era entre los enormes valores de los partidos hasta hace veinte años.

Estoy muy según el instructor Luna pero matizaría en lo que no hay partidos. Yo pienso que hay partidos pero diferentes. Hoy día son partidos construidos sobre aspirantes. El candidato es quien edifica el partido y tiene un ambiente aproximadamente grande dependiendo del puesto por el que está rivalizando. Esto lo observamos muy precisamente en Brasil. Las activas partidarias en los estados o en los enormes ayuntamientos marchan y estas activas se transmiten muy mal al campo federal. Entonces, la visión es que supuestamente no hay partidos desde la definición de partido preceptiva que teníamos: una composición permanente con un programa y una organización. O sea lo que cambió en Perú, hace bastante tiempo, hace mucho más de treinta años. Aun antes de la llegada de Fujimori al poder se se encontraba generando un cambio y esto se está trasfiriendo a otros países de América Latina. Hay partidos, pero diferentes.

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