por que porteros de futbol posando con manos cruzadas

Herir la susceptibilidad de lo respetable se convirtió en los últimos tiempos en el peor antagonismo del pensamiento libre, tal como en la madrastra maligna de la expresión del humano pensante. Redactar un tweet borracho y enojado sobre el poderosamente nauseabundas que nos semejan las feministas radicales (o los machos retrógadas, o quienes se les dé su puta apetito) es el semejante cuántico a caminar descalzo y vendado en un campo tapizado de corderitos espinados recién cosechados. Atrévase a llevarlo a cabo, yo invito.

Poema aparte meritan aquellas ánimas desgraciadas que, ajeno de un linchamiento público a cargo de furiositas personitas anonimitas, son expulsadas de su trabajo o peor aún: del reino de la aceptación popular. No exagero. Las comunidades fueron capaces de arruinar la vida a una turba de gente estúpido, sí, pero inofensiva. Quizás ciertos de nosotros recuerden a Lindsay Stone, la trabajadora popular encargada de atender y cuidar de gente mayor con discapacidad de Massachusetts, a quien una instantánea fotográfica tomada en el célebre cementerio militar de Arlington por la amiga pentea y con idea que todos contamos en la nuestra vida , provocó que perdiese el trabajo de manera humillante, y lo orijó a mudarse de casa para enclaustrarse a lo largo de prácticamente un año en una habitación sin estimar ver a absolutamente nadie.

Hipótesis sobre el origen de la capacitación tipo caganer

Buscar las causas de esta absurda moda de capacitación para la fotografía de aparato resulta difícil, pero me atrevería a sugerir una hipótesis . Creo que génesis podría venir por la mediación de lo que vengo llamar “cultura de la inmediatez”, generada y potenciada esencialmente por el vertiginoso estilo de vida de hoy, el agotador avance de las novedosas tecnologías y las imposiciones subconscientes que nos crean a fin de que todo se haya hallar cuanto antes. Hay como una necesidad de realizar todo veloz, y eso se aprecia en el momento en que los players se van a hacer la fotografía. Se materializa en cuestión de escasos segundos, solamente llegan, se juntan, brincan los flashes y se terminó. Con estas prerrogativas, los players solamente disponen de tiempo para posicionarse, sino llegan y hacen un mínimo ademán de agache para no tapar el trasero y listo para romper la capacitación.

Resulta un poco absurdo, y mucho más sabiendo la poco a poco más parafernalia mediática que circunda a los partidos de fútbol, ​​en tanto que no hablamos de cumplir diez minutos, sino más bien solamente los segundos precisos para conformar adecuadamente, que no cuesta tanto. Semeja tal y como si fuera un conjunto de jubilados retirados a los que les cuesta agacharse completamente y vacilan de poder después levantarse. Pero qué sentido tiene escamotear ese inclinado para unos deportistas que justo después van a hacer un esfuerzo físico al alcance de escasos. No lo comprendo.

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