Si eres un apasionado del running o simplemente te gusta salir a correr de vez en cuando, es probable que hayas experimentado el dolor en la zona lumbosacra después de una sesión de entrenamiento. ¿Pero qué ocurre exactamente en nuestro cuerpo para que surja este dolor? La parte posterior, específicamente la zona lumbar y sacra, es un área propensa a lesiones y dolor al correr, especialmente si no se toman las medidas preventivas adecuadas. En este artículo, vamos a explorar los motivos detrás de ese dolor y a analizar las causas que lo provocan. Desde la biomecánica y la postura hasta la fisiología del cuerpo, vamos a descubrir por qué la parte posterior nos duele al correr y qué puedes hacer para prevenirlo.
Descubre por qué la parte posterior nos duele al correr: ¡el secreto está en el sóleo!
El sóleo es un músculo con frecuencia subestimado pero trascendental para el desempeño de la carrera a pie, ya que juega un papel clave en nuestra capacidad para correr con eficacia y seguridad. Sus funciones son importantes en cuestiones de estabilidad, ya que trabaja en conjunto con otros músculos para mantener nuestro tobillo firme y seguro durante la carrera, e influye en la carga de la parte posterior de la pierna.
Su capacidad para contraerse de manera isométrica es fundamental para mantener una buena postura y evitar movimientos agresivos que podrían provocar lesiones. Durante la carrera, tanto gemelo como sóleo actúan como motores propulsores, es decir, generan la fuerza necesaria para elevarnos y avanzar a la siguiente zancada.
¿Por qué el dolor en la zona lumbosacra?
La carga en el sóleo varía según la velocidad a la que corremos y las características del terreno. Así, a ritmos más lentos está más activo porque debe trabajar intensamente para absorber la fuerza de reacción del suelo y mantener la estabilidad del tobillo. Esto se debe a que, a ritmos más lentos, el contacto del pie con el suelo es más prolongado, lo que significa que el sóleo tiene que trabajar más para amortiguar el impacto y mantener el equilibrio.
Por otro lado, cuando corremos a ritmos más rápidos, se contrae con mayor fuerza para impulsarnos hacia adelante durante la fase de impulso de la zancada. A medida que aumenta la velocidad, el contacto del pie con el suelo es más corto, lo que requiere una contracción más rápida y potente del sóleo para propulsarnos hacia adelante y mantener el equilibrio en cada zancada.
Ejercicios de fortalecimiento del sóleo
Podemos cuidar y fortalecer el sóleo con ejercicios prácticos que podemos incorporar a nuestro plan de entrenamiento:
1. Estiramientos de sóleo: Realiza estiramientos dinámicos y estáticos para mejorar la flexibilidad y reducir la rigidez muscular.
2. Elevaciones de talones: Este ejercicio fortalece los músculos de la pantorrilla y el tobillo. Simplemente separa los pies a la anchura de los hombros y levanta los talones lo más alto posible, luego baja lentamente.
3. Saltos de pantorrilla: Realiza pequeños saltos con los pies juntos, centrándote en impulsarte hacia arriba desde los dedos de los pies y usando los músculos de la pantorrilla.
4. Sentadillas: Las sentadillas son excelentes para fortalecer los músculos de las piernas y el core, lo que puede ayudar a mejorar la estabilidad durante la carrera.
Fortalecer el sóleo es clave para mejorar nuestro desempeño en la carrera a pie y reducir el riesgo de lesiones. ¡Incorpora estos ejercicios en tu entrenamiento y descubre el secreto del sóleo!
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