En el momento en que se charla de crueldad en el fútbol es imperativo estimar hallar a un culpable o un chivo expiatorio. Normalmente, o por lo menos es la parte que los medios desean enseñar, la responsabilidad recae sobre las conocidas “barras bravas”. Más allá de que es verdad que enorme porcentaje de los accidentes que se muestran en ocasiones en este deporte en los estadios vienen a través de estos conjuntos, es requisito efectuar un análisis mucho más profundo. Así sucede porque si no se profundizara en el tema, la contestación a la crueldad en el fútbol sería la mucho más simple, eliminar las barras de los estadios. Pero esto no es de esta manera, ya que la responsabilidad no procede solo de este colectivo sino va considerablemente más allí, llegando hasta los líderes de los clubs y de los políticos del país.
Por Juan Cruz Arias
Consumo de alcohol
Primero, el exceso de ingesta de bebidas alcohólicas puede ser un aspecto esencial para entender las tendencias observadas. En Inglaterra, una investigación del 2012 al 2019 exhibe que días con partidos mucho más tempranos están socios a mucho más casos de crueldad, bajo la hipótesis de que atacantes pasan mucho más tiempo consumiendo alcohol. Se observó una reducción de un 5% de las demandas a lo largo de los partidos, que llegan al pico diez a 12 horas una vez que acaban, y incrementan un 40% los últimos días de la semana. Indudablemente, el consumo de alcohol elevado en días de partidos juega un papel agravante en el incremento de la crueldad más que nada contra mujeres, parejas y pequeños. No obstante, las raíces de este fenómeno son considerablemente más profundas.
Estudios de la Organización Mundial de la Salud detallan que Una de cada tres mujeres en el planeta sufrió crueldad física o sexual por la parte de su pareja. Los patrones de crueldad sexual y fundamentada en género están íntimamente relacionados con las reglas sociales y de género, en especial las que apoyan reglas de masculinidad hegemónica. O sea, reglas que resaltan el dominio de los hombres sobre las mujeres y la utilización de crueldad como procedimiento para ejercer ese control o forma de encauzar y proyectar fracasos y/o alegrías de los atacantes. Esto nos asiste a comprender la dificultad y persistencia de los capítulos vistos.
La validación popular.
El hecho de estar en una grada cubierto de gente que está increpando al árbitro o players no inhibe aquellas formas de proceder que si estuviésemos solos no haríamos. Nuestro entendimiento semeja razonarlo tal es así que si todo el planeta lo realiza ha de estar ratificado socialmente, de ahí que no pasa nada si te sumas a los insultos.
La multitud que va a un campo de fútbol o de algún otro deporte, se siente reconocido con unos colores y siente simpatía hacia ellos y los players que los defienden. O sea por consiguiente que si un jugador cae en el área, rápidamente se solicita penalti, si bien habitualmente se vea precisamente que no es así. Es un principio de solidaridad y sentido de pertenencia a un conjunto.