por que es casi imposible acertar una quiniela de futbol

Si somos especialistas en fútbol la cosa cambia, puesto que vamos a poder adivinar los desenlaces de ciertos partidos… esto va a hacer que aumenten nuestras posibilidades de ganar.

En un caso así, si suponemos que la posibilidad de adivinar el resultado de un partido por el momento no es el 33% (afirmemos, por servirnos de un ejemplo, que somos especialistas y entendemos adivinar el resultado de los partidos con un 75% de posibilidad) de acierto), las posibilidades de adivinar N o mucho más partidos es P(N o mucho más aciertos)=(posibilidad de acierto de un partido)^N. De la misma forma, la posibilidad de adivinar precisamente N partidos es: P(N partidos)=(posibilidad de acierto de un partido)^N * (1 – posibilidad de acierto de un partido)^(15- N)

Una quiniela consta en la actualidad de 15 partidos, y deseo remarcar el término consta pues hubo temporadas en las que una quiniela constaba solo de 14 partidos. En la situacion de una travesía fácil debemos escoger un resultado para cada partido, señalando si gana el aparato local, empata o pierde. Por consiguiente, para todos estos 15 partidos nosotros contamos 3 opciones para escoger.

Estudia meticulosamente los partidos

Estudia los encuentros de la semana, toma presente partidos ganados de local, ganados de visitante de los dos equipos, players lesionados, desenlaces pasados ​​entre exactamente los mismos equipos, más allá de que todas y cada una de las estadísticas no son determinantes, te asistirán bastante a efectuar la mejor decisión.

No juegues triples o dobles en solo una quiniela, en cambio llena múltiples quinielas para tener posibilidad de poder mucho más premios. La explicación de ahí que es la próxima: en el momento en que repletas dobles o triples en un solo boleto, y acertaste 12 encuentros, solo tienes posibilidad de llevarte este único premio de 12 aciertos por este boleto. En este momento, imaginemos que en vez de eso hubieses hecho composiciones en travesías fáciles, podrías llegar a ganarte el premio de 12 aciertos, mucho más otros premios por 11 o diez aciertos de las otras composiciones jugadas.

La «suerte» del futbolista

Precisamente lo opuesto sucedió el Pontevedra CF en 1968, el capitán Guerra sabía que tenía 13 aciertos a falta de su partido.

El Pontevedra ganaba 0-2 al reposo en un partido que el Real Zaragoza terminó igualando, exactamente la X que precisaba para completar.

Por favor, salímonos un tanto del fútbol…

Observará que he intentado limitar mis explicaciones al deporte del fútbol hasta la actualidad. Y es exactamente para hacerles ver las virtudes de mi siguiente punto positivo de que apostar es preferible que la atraviesa. En una Quiniela apuestas solo a fútbol, ​​al tiempo que en una vivienda de apuestas lo puedes llevar a cabo a fútbol, ​​baloncesto, tenis, atletismo, bádminton, carreras de caballos o Cricket. Deportes que no conoces, y además de esto combinándolos entre ellos. Es la guinda al pastel de la elasticidad que contribuye esta novedosa modalidad de juego, y que gana por goleada en el boleto naranja. Sencillamente, si un día no está seguro de si va a ganar su aparato de fútbol, ​​puede apostar a los partidos de tenis del día, oa algún otro deporte.

Todos coincidiremos en que jugar apostando, tanto con la Quiniela como con las apuestas deportivas, crea entre los apasionados una emoción particular que les hace estar muy atentos no solo de sus equipos, sino más bien de todos y cada uno de los partidos donde tengan algo en juego. Pasar de la tristeza al éxtasis en solo un segundo a fin de que un gol haya cambiado las ganancias del fin de semana es una sensación extraordinaria, pero aun en eso apostar es preferible que la quiniela. Pues puedes estar nerviosísimo aguardando a adivinar los desenlaces de quince partidos en el transcurso de un fin de semana, pero si pierdes, no puedes llevar a cabo nada. Y con las apuestas puedes proseguir los partidos directamente y apostar mientras que el balón está en juego, mudar tus pronósticos iniciales y intentar reducir las pérdidas. Vale, es una práctica dañina sobre la que hay que entender, y de la que hablamos en algún momento… pero no deja de estar.

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