El pasado día tuve la posibilidad de charlar con Carlos Ortiz, capitán del Inter Movistar y de la Selección De españa. Entre otros temas, mencionamos la oportunidad de ver cualquier día un partido de fútbol salón en unos Juegos Olímpicos. Pues sí, a esta altura el fútbol salón prosigue sin ser olímpico.
Algo asombroso por el hecho de que, más allá de no ser tan mediático como otros deportes (si bien cualquier aficionado conoce a Ricardinho), el fútbol salón es muy practicado, así sea en clubes institucionalizados, en el patio del recreo o en la calle . La gran práctica de un deporte se encuentra dentro de los requisitos escenciales que pide el Comité Olímpico En todo el mundo (COI) para incluirlos en unos Juegos. Según la normativa ha de ser practicado por lo menos en 75 países de 4 continentes por hombres, y en 40 países de tres continentes por mujeres. El fútbol salón cumple con creces con esta condición, más que nada a causa del boom que de a poco aparece en Europa. Por poner un ejemplo, Francia, entre las primordiales potencias en el planeta del fútbol, termina de clasificarse para su primera Eurocopa. Esta apuesta por el fútbol salón por la parte de países esenciales en el panorama mundial podría ser entre las claves para desatascar el desarrollo.
El formato mixto de hoy
Las Olimpiadas de Los Ángeles 1984 y Seúl 1988 marcaron la transición hacia el formato de hoy. En aquellas oportunidades, el campeonato fue disputado con escojas absolutas, salvo en los países de UEFA y CONMEBOL, que presentaron juveniles.
Desde Barcelona 1992, los juegos olímpicos de fútbol se realizan con el formato de hoy: elijas sub-23 con la oportunidad de integrar tres mayores. Así mismo, la FIFA y el Comité Olímpico En todo el mundo alcanzaron un convenio satisfactorio para las dos partes. Estrellas como Lionel Messi o Neymar formaron parte de las últimas ediciones de un torneo que no quita brillo a los mundiales de fútbol.
El regreso de players expertos a Juegos Olímpicos
Para Los Ángeles 1984, la FIFA y el COI llegaron a un convenio a fin de que los equipos contaran con futbolistas expertos, libres de edad, salvo del caso de las escojas de la UFEA y Conmebol. Para estas, se acordó que serían citados solo players que no hubiesen competido en un Mundial de fútbol.
Esto orijó a los equipos sudamericanos y de europa a divertirse con elijas juveniles, y la iniciativa agradó tanto que dio pie a una exclusiva negociación entre FIFA y el COI.
Vídeo: Fútbol Olímpico Londres 1948
El doblete celeste
los 9 naciones. En esta ocasión fueron 22 naciones las anotadas, si bien a última hora se retiró Portugal, tres países no de europa han tomado parte: USA, Egipto y Uruguay. Fue exactamente el aparato celeste el enorme animador del torneo y, como ha podido comprobarse, logró la final de una forma digna. Suiza fue el contrincante de los uruguayos y se inclinó por 3-0. Los nombres de Nasazzi, Andrade o Scarone comenzaron a contar en el concierto del fútbol mundial. En 1928, en Amsterdam, los players celestes repitieron el título logrado en París. En los Juegos holandeses, el número de competidores bajó a diecisiete, de los que cinco venían de América: Uruguay, Argentina, Chile, México y USA. Se aceptó nuevamente en Alemania, pero los conjuntos británicos no fueron al sostener su combate con la FIFA. Desde el comienzo quedó claro que ámbas mejores escojas eran Uruguay y Argentina y como resulta lógico se confrontaron en la enorme final. La estabilidad fue tal que fue preciso un segundo partido para dilucidar al vencedor, en tanto que en el primero se registró empate a uno. En el segundo, los «celestas» repitieron su triunfo de 4 años atrás en París y se proclamaron por segunda vez vencedores olímpicos al vencer por 2-1. Nasazzi, Andrade, Cea y otros proseguían en candelero y por parte argentina, empezaban a despuntar hombres como Orsi, Ferreira o Monti. El fútbol sudamericano llegaba de esta forma a su mayoría de edad.
La creación en 1930 de la Copa Jules Rimet, campeonato mundial abierto a los expertos, significó el paso inicial atrás para el torneo de fútbol de los Juegos Olímpicos. Unicamente se dejaba la existencia de players apasionados. La primera consecuencia de esta medida fue que en los Juegos de 1932 en Los Ángeles no se celebrara el torneo de fútbol frente la carencia de interés mostrada por las elijas de europa. Los Juegos de 1936 tuvieron un marcado acento político y de este modo se generaron ausencias de países esenciales como Francia. El escándalo brincó al partido Perú-Austria, que concluyó con el triunfo andino por 4-2. A pesar del abrumador resultado, el comité descalificó a Perú por el hecho de que unos apasionados brincaron a festejar el triunfo. En la final, los austriacos cayeron frente Italia por 2-1. Poco después reventaba la II Guerra Mundial y los Juegos padecían una exclusiva parada.