El fútbol es, con diferencia, el deporte mucho más habitual en el planeta. Según una encuesta efectuada por la FIFA en 2006, unos 265 miles de individuos lo practican con regularidad de manera profesional, semiprofesional o principiante, teniendo en cuenta a hombres, mujeres, jóvenes y pequeños. A esta cantidad, que representa cerca del 4% de la población mundial, habría que agregarle los cientos y cientos de miles de individuos que no juegan a fútbol, pero que lo prosiguen así sea por televisión, o desde los estadios.
El fútbol es un singular espectáculo, un fenómeno de masas que lúcida pasiones, estados anímicos y rivalidades. Pero, más que nada, es una fuerte industria que desplaza por año unos 500.000 millones de dólares estadounidenses, o sea, mucho más una y media el PBI de Argentina en 2008.
El cariño por el fútbol sí que hay
Tras ganar un partido, los seguidores son 3,2% mucho más contentos a lo largo de una hora; no obstante, en el momento en que pierden, la tristeza duplica el valor de la alegría y alcanza a ser del 7,8%.
En el momento en que un individuo ve imágenes de la gente que quiere, se activan algunas áreas del cerebro, y fue asombroso conocer que exactamente los mismos circuitos se activaban en el momento en que veían imágenes de su club, esto está relacionado con que la persona se siente una parte de un conjunto”, explicó a Diners, Catarina Duarte, entre las estudiosas.
Millonario y milenario
Es un deporte jugado desde la antigüedad en China, El país nipón, Grecia, el Imperio De roma, la Edad Media y el Renacimiento hasta nuestros días.
Su Copa Mundial es un fenómeno de masas visto durante más de 3.500 miles de individuos por televisión y gadgets digitales, que produjo en su última edición mucho más de $35.000 millones por derechos de televisión y marketing, ventas de entradas y otros, en Europa, América, introduciendo USA donde lo llaman Soccer; Asia y África.
Pasión y propaganda, una combinación cerebral
El experto en imaginación y marketing César Enríquez cree que no hay acontecimiento deportivo con mucho más pasión que la Copa Mundial de fútbol y que de ahí que es un acierto que las fabricantes se aproximen a este magno acontecimiento.
“En el planeta de en este momento, la emoción es lo único que vende. Antes pensábamos que la información era poder. En este momento la información está en todas y cada una partes y no es bastante contra una creencia: si tú tienes una creencia como cliente, no hay información que la derribe”, muestra Enríquez.