La situación de radical o wing forward en un esquema táctico en el fútbol necesita un jugador de marcada capacidad, agilidad y también sabiduría para hallar un ideal en la primera línea del ataque con el propósito de hallar cerrar los tantos como producto del esquema de grupo; indudablemente, esta se encuentra dentro de las exquisiteces del deporte de multitudes que la pasan bien y aprecian los apasionados que asisten a los estadios. En Bolivia sí que tuvimos un deportista que cumplió con ese ideal. Puntero izquierdo, radical agresor, veloz, fuerte, ambidestre y con horribles remates que podían “perforar” cualquier cerca. Tras ese jugador absoluto existía un nombre, Miguel Aguilar Egüez, que de solo escucharle en una alineación, hacía que el contrincante tremiera y considerablemente más aún, los que estaban en la defensa y en la misión. En su mayoría empleaba la remera con el número 11, tenía un impresionante físico y una calidad deportiva y humana que lo hacía un caballero dentro y fuera de la pista. Pero tras todas y cada una estas virtudes se encontraba un profesor de escuela que llegó al fútbol merced a su incomodidad y especialidad en el medio donde ejercitaba sus ocupaciones, La Bélgica, pequeña localidad ubicada a 37 km de Santa Cruz de Sierra. “Nos remontaremos a 1971 en el momento en que salí profesor, después comencé en La Bélgica (1972 a 1974), en 1976 pasé en Oriente Petrolero, exactamente el mismo año en la selección nacional, 1977 en Oriente Petrolero, 1979 en Bolívar, en 1980 voy jugar Ferrocarril Oeste de Argentina, en 1981 en The Strongest, donde participé en Copa Libertadores, en Blooming en 1982, 1983 en Oriente Petrolero, en 1984 en The Strongest, en 1990 estuve en Destroyers donde fue mi despedida. Mi experiencia mucho más fuerte fue de 1975 a 1985, con mi participación en distintas eliminatorias y copas América representando al país”, recuerda Aguilar, al comienzo de la entrevista única para Retro Fútbol de EL DIARIO. Ciertos críticos de deportes afirman que este “crack” perteneció a “una generación desperdiciada de futbolistas bolivianos”, que acarició la clasificación en el Mundial Argentina “78. Aguilar se dio el gusto de marcar 2 tantos frente Uruguay en el histórico estadio Centenario de Montevideo, en el transcurso de un partido inolvidable de eliminatoria. “Fue una carrera muy triunfadora pero asimismo de sacrificio en los distintos clubs en los que milité, mi participación en todo el mundo tanto en Oriente como en Bolívar y Blooming. Mi paso por Argentina y las escojas a las que fui convocado, marcaron mi historia. Me agradaría que me recuerden por el sacrificio que hice en los diferentes clubs para hallar mi salida al extranjero”, recalca Miguel, que asimismo perteneció a uno de los más importantes conjuntos de emigrantes del fútbol boliviano en el extranjero a lo largo del pasado siglo. Entre ellos se cita a Erwin Romero (Quilmas de Argentina), Carlos Aragonés (Palmeiras de Brasil), Ovidi Mesa (Independencia de Paraguay) o Jesús Reynaldo (Toluca de México). A Miguel Aguilar, le tocó Ferrocarril Oeste de Argentina, cantera donde jugó a lo largo de una temporada, ganó experiencia y también logró servir fortaleza física y capacidad innata en el manejo del balón. “El fútbol me ha abierto puertas que quizá- en algún instante, no podía meditar que se abriesen, el fútbol es la mayor satisfacción de mi vida”, piensa el puntero izquierdo, que en su aspecto de personalidad es en este momento (a prácticamente 70 años de edad) un individuo reflexiva, educada, estable en sus conceptos y sereno para oír. “Aquí proseguimos gozando de lo que nos dió el fútbol, los años de viajero ahora han quedado atrás. Fué una bonita experiencia y en este momento nos toca disfrutar de todos y cada uno de los amigos que hice transcurrido un tiempo”, afirma. Para Miguel Aguilar, está clarísima la diferencia entre el fútbol boliviano de ayer y el de el día de hoy… “por el momento no nos encontramos nosotros que teníamos otra forma de pensar para jugar. El día de hoy pienso que el fútbol no avanzó, de ahí que es que la multitud dejó de tener ídolos, dejó de tener ganas de proceder a los estadios por el hecho de que no se está llevando a la práctica buen juego. Entonces todo lo mencionado repercute en el sentimiento de los equipos y esto asimismo trasciende a nivel de nuestra selección nacional”, afirma. Aguilar recomienda que tuviese que prestarse mucho más atención a las divisiones inferiores ahora la capacitación de futbolistas en Bolivia. “Lo venimos diciendo ya hace un buen tiempo, es una época que cuesta bastante, comenzar desde divisiones inferiores dándole al jugador la personalidad, la técnica, la parte física, formándolo desde el perfil psicológico a fin de que logre forjar una carrera y logre sostenerse capaz y con esa calidad que se necesita para resaltar”, afirma. “Pienso que esa parte está faltando. Afortunadamente en este momento veo que el Presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (Fernando Costa Sarmiento) y los ex- players nos encontramos en una época de acercamiento (…) como ex- futbolistas deseamos proseguir de cerca nuestra selección nacional para todo cuanto necesite. Deseamos que tenga destaque internacionalmente”, añade. La filosofía de Aguilar sentencia que un jugador de fútbol, “jamás deja de serlo, si bien esté distanciado de las pistas” y en este comprendido en la actualidad se ejercita como presidente de la Asociación de Exfutbolistas de Bolivia y exactamente el mismo cargo lo tiene en la Mutual de Exfutbolistas de Santa Cruz. “En la Mutual disponemos una bonita sede, donde disponemos anotados a mucho más de 2400 asociados, pero activos somos cerca de 800. Es una institución bien formada, no lucrativo, como es natural nos sostenemos, nos autosustentamos. Es nuestra segunda casa, y deseamos ofrecerle un óptimo ejercicio, a fin de que el futbolista venga a proseguir llevando a la práctica su deporte y más que nada, transformarla en una sede familiar”, recalca. Según el entrevistado, el fútbol, además de ser pasión de multitudes, es la aspiración de varios jóvenes, “pero significa un renuncio a varias cosas lindas que te logre ofrecer el ámbito y todas y cada una de las diversiones que logre sugerirte en todos y cada instante. Entonces asimismo supone bastante trabajo, esfuerzo por resultar una figura señalada y más que nada por formarse en una aportación por el hecho de que la vida de un futbolista no se termina accediendo en una pista, sino más bien prosigue una vez que este deja la rivalidad por el hecho de que tras comunicar sus experiencias, hablando, intentando encontrar de qué manera trasmitir las vivencias a fin de que los próximos que vengan no fallen con los fallos de antes, los que sus predecesores han cometido”, testimonia. Desea que los jóvenes resalten y se superen a nivel personal, en un ambiente que les brinde seguridad, “pues este deporte no da para realizar otras cosas, es requisito ocuparse si se desea llegar a escenarios de competición en todo el mundo”, recomienda. “Con lo que a mí respeta, deseo sostenerme tal como estoy hasta este día, sano, con muchas ganas de trabajar por el fútbol y proseguir corriendo, como siempre y en todo momento, quizás no con exactamente la misma agilidad que tenía, no como antes, pero sí con la cabeza y las ganas, con exactamente las mismas ganas (…)”, concluye.
FICHA
Aparato con objetivos ambiciosos
«Un club esencial que intenta luchar cosas enormes» es lo que siente el ariete argentino en The Strongest. «A uno como jugador estos retos lo motivan», añadió.
Isnaldo asimismo manifestó sus ganas de ser una aportación para el club para lograr los objetivos trazados.
Un entrenador olvidado
Al cargo de aquella selección estuvo el brasileiro Danilo Albín, un superviviente del aparato nacional que en el Mundial de 1950 padeció el histórico ‘Maracanazo’ frente al ‘Uruguay.
Para Mesa, Albín, de un período «cortísimo tanto como muy exitoso», tuvo una «huella esencial» para la conquista de esa estrella para Bolivia. Dirigió los partidos en esa competición y ciertos mucho más de preparación.