La industria del deporte, y en España en especial del fútbol, sigue en apogeo, girando el 3,3% del producto interior bárbaro del país y provocando mucho más de 400.000 cargos laborales, de los que mucho más de uno tercio corresponde al fútbol. Esto causa que el deporte no solo se aprecie desde la perspectiva del diversión y sus valores propios, sino más bien asimismo, desde la visión económica y de administración de negocio, lo que impulsa la conversión de los clubs de deportes en sociedades anónimas deportivas (SAD), intentando de gestionarlos tal y como si de cualquier otra compañía se tratase.
En una comparación entre club deportivo y SAD están distintas virtudes hacia un lado u otro, asimismo en dependencia de la visión desde la que se valore. No obstante, lo que es evidente es la necesidad que tiene cualquier club grande, o que pretenda serlo, de transformarse en SAD para profesionalizarse y poder lograr financiación a enorme escala (se debe tener muy presente la oportunidad de cotizar en Bolsa de Valores, un aspecto poco aprovechado en este país en la industria del deporte), aparte de nuestra obligación que les impone el Real decreto sobre sociedades anónimas deportivas en los clubs, o sus equipos expertos, que concurran en disputas deportivas oficiales de carácter profesional y campo estatal.
Desarrollo de transformación de un club a SAD
Los pasos que debe continuar un club para transformarse en una Sociedad Anónima Deportiva (SAD), son los próximos:
sitio deberá haber un convenio de los asociados del club para hacer el desarrollo de transformación, según con lo que indican los estatutos. Asimismo podría llegarse a un convenio con una reunión general excepcional.
Medrar, pero de manera sostenible
La SAD deja la adquisición individual de acciones del club primero a los asociados recientes. Es el Consejo Superior de Deportes el que tiene que aprobar el tráfico en unas condiciones específicas y siempre y en todo momento con el acompañamiento de la Reunión. La directiva protege un modelo que deje una venta de acciones por un importe moderado a fin de que no haya fondos de inversión o enormes fortunas que tengan la posibilidad de hallar el club en un primer intento tras capitalizarlo. Pero es el CSD el que debe validar si esa iniciativa que se formule es aceptable o no.
El desarrollo, en todo caso, no es inmediato y tienen la posibilidad de pasar meses desde la presentación de la documentación hasta el momento en que se pongan en venta las acciones del club.