En la sociedad española actual, se está produciendo un fenómeno alarmante que requiere de nuestra atención y reflexión. Cada vez más, se están dando cuenta de que las relaciones sentimentales que parecían ser amorosas y románticas, en realidad, esconden un patrón de control y explotación hacia la mujer. Estas parejas, denominadas misogámicas, se caracterizan por una dinámica en la que el hombre ejerce un poder abusivo sobre su pareja, limitando su libertad y autonomía. Es fundamental abordar esta problemática, ya que se encuentra estrechamente ligada a la violencia de género y la opresión, y solo a través de la educación y la sensibilización, podemos prevenir y erradicar este tipo de relaciones tóxicas.
No es amor, es control: el creciente fenómeno de las parejas 'misogámicas' en España
El paso del tiempo no solo se refleja en la evolución de las tecnologías que utilizamos, en cómo vestimos o en los nombres que le ponemos a nuestros hijos e hijas. Muchos otros aspectos son clave para entender cómo se comporta hoy en día el ser humano, para hacer una radiografía de la sociedad actual.
Un factor interesante en el que poner el foco para ver este cambio de paradigma son las relaciones amorosas. No solo hemos cambiado nuestra manera de relacionarnos con nuestra pareja, sino también las decisiones que tomamos con ella. Una de estas decisiones, quizás la más importante por lo que implica a nivel simbólico y también burocrático, es la del matrimonio.
Que las parejas se casan cada vez menos es una evidencia. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) así lo reflejan. Si en los años 80 más de 200.000 matrimonios pasaban cada año por el altar, esa cifra no alcanza ahora los 150.000. La situación ha repuntado, sobre todo después de la caída drástica durante la pandemia del Covid-19, pero cada vez se casa menos gente.
El surgimiento de la 'misogamia' en las parejas españolas
Los motivos son distintos. El principal suele ser el económico. Los costes de una boda por todo lo alto hoy en día son inasumibles para muchas parejas. Algunos, si la ilusión se sobrepone, se ven obligados a endeudarse si quieren organizar un evento de estas características. Pero otras parejas directamente rechazan esta opción. Y existe una palabra para definir esa actitud.
Ahora, hay quienes ya empiezan a utilizar el término 'misogamia' para referirse a esas parejas que dejan de lado el matrimonio. El origen etimológico de esta palabra es simple. 'Miso' es 'odio' en griego y 'gamia' se podría traducir como 'unión íntima' o, directamente, 'matrimonio'. Y si bien quizás no es 'odio' lo que estas parejas sienten hacia el hecho de casarse como tal, sí lo rechazan. Por eso este término les viene como anillo al dedo.
La pregunta que surge es: ¿qué implica este rechazo al matrimonio? ¿Es solo una cuestión de economía o hay algo más detrás de esta decisión? La respuesta puede ser más profunda de lo que parece. El creciente fenómeno de las parejas 'misogámicas' puede ser un indicador de un problema más profundo, como el control y la opresión en las relaciones.
Es hora de reflexionar sobre el significado real del matrimonio y la unión en la sociedad actual. ¿Qué es el amor si no es la unión? ¿Qué implica el rechazo a este ritual socialmente establecido? La respuesta puede llevarnos a cuestionarnos sobre la naturaleza misma de las relaciones amorosas y la libertad individual en la toma de decisiones.
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