- No cambia la violencia: transformarse de género no es solución para escapar de la agresión, como demuestra este caso reciente
- La ley trans no es un refugio para agresores: caso reciente demuestra que no hay escapatoria
- El caso que desmonta los mitos
- Los hechos del caso
- No hay escapatoria para los agresores
- La Ley Orgánica 1/2004
No cambia la violencia: transformarse de género no es solución para escapar de la agresión, como demuestra este caso reciente
La violencia contra las personas es un problema persistente en nuestra sociedad, y lamentablemente, no hay escape para aquellos que la sufren. Un caso reciente ha demostrado que transformarse de género no es una solución para escapar de la agresión. A pesar de que la identidad de género puede cambiar, la violencia estructural y las actitudes discriminatorias siguen siendo una realidad. Es importante comprender que la violencia de género es un problema complejo que requiere un enfoque integral y no puede ser resuelto solo con un cambio de género. En este artículo, analizaremos este caso y exploraremos las implicaciones que tiene para nuestra comprensión de la violencia y la discriminación.
La ley trans no es un refugio para agresores: caso reciente demuestra que no hay escapatoria
Desde la entrada en vigor de la conocida como 'ley trans' en marzo de 2023, son muchos los que la critican con argumentos como que ahora cualquiera va a poder cambiarse de género. Atormentados por la posibilidad de que algunas personas busquen cometer fraude de ley -lo que ocurre, por cierto, con muchas legislaciones- parece ser el argumento de muchos para querer tumbar los derechos de las personas trans.
Entre los argumentos más comunes se encuentran La ley trans va a hacer que maltratadores salgan a las calles o ahora cualquiera va a poder entrar en los vestuarios de mujeres. Sin embargo, un reciente caso ha demostrado que estos argumentos no tienen fundamento.
El caso que desmonta los mitos
Hace unos días, se podían leer titulares de un condenado que habría podido evitar la cárcel tras darse de alta como mujer en el Registro Civil. Aunque estas mismas noticias detallaban dentro del texto que esto no era realmente así, ya que los agresores son juzgados con el sexo registral que tenían en el momento de cometer las agresiones sexuales.
Sin embargo, de estos titulares tendenciosos siempre queda algo en el imaginario colectivo. Así que vamos a explicar qué ha pasado exactamente con este caso tan resonado durante los últimos días.
Los hechos del caso
La víctima rompió la relación sentimental con su expareja hace cinco años debido a los malos tratos, tanto psicológicos como físicos, a los que la sometió durante una década. Estos hechos fueron denunciados en los juzgados de Violencia sobre la Mujer en Sevilla.
Tras varios recursos presentados por el agresor, todos ellos desestimados, el juzgado de Sevilla ordenó en 2023 su ingreso inmediato en prisión con una pena de 15 meses. Sin embargo, un mes antes, el agresor acudió al Registro Civil para registrarse como mujer, un hecho que ya ha sido denunciado como fraude de ley por parte de la víctima.
No hay escapatoria para los agresores
Pese a la desinformación en torno a este tema, los agresores son juzgados con el sexo registral que tenían en el momento de cometer las agresiones sexuales. El abogado de la víctima, José Antonio Sires, ha informado de que se ha presentado el recurso argumentando que la rectificación de la mención registral relativa al sexo y, en su caso, el cambio de nombre, no deben alterar el régimen jurídico de una persona, de modo que tiene que responder en las mismas formas a los delitos que haya cometido.
El letrado ha expuesto que hay precedentes que dejan claro que los hombres que cambien su sexo no pueden eludir las condenas por violencia machista, puesto que se mantienen las responsabilidades jurídicas que la persona tuviese antes de la rectificación registral.
La Ley Orgánica 1/2004
Esta ley cuenta con un precepto añadido con el propósito de evitar la posible indefensión y la vulneración de los derechos correspondientes a las víctimas: una medida que pretende evitar cualquier fraude de ley que se pudiera dar en este tipo de casos.
Jose Antonio Sires ha argumentado que el condenado por violencia de género ha querido bordear la norma y no tiene dudas de que el cambio de sexo fue simulado, y, por tanto, sí se hizo en fraude de ley.
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