me gusta el futbol en frances

Éric Zemmour, entre los aspirantes de extrema derecha en la primera vuelta de las selecciones de presidentes que se festejan este domingo en Francia, comenzó a divertirse fútbol salón con sus ayudantes frente varias cámaras de televisión, oportunamente convidadas por su aparato de campaña. Zemmour, periodista de 63 años, ensayó ciertos pases torpes. Poco importaba. El “fulbit” era el cierre ideal de la visita a Marsella, pues se jugaba en el polideportivo Z5 de Aix-en-Provence, propiedad de Zinedine Zidane. “En 1998 –afirmaban simpatizantes del candidato- la Z (Zidane) ganó la Copa del Planeta. En 2022 la Z Zemmour va a ganar las selecciones”. Todo iba bien hasta el momento en que, de pronto, Noureddine Zidane, hermano del crack, penetró al lado de personal de seguridad y solicitó a los players, candidato incluido, que abandonasen la pista. Los echó. Existe quien cita la expulsión de Zemmour del club de Zidane, una semana atrás, como el acto mucho más digno de una campaña electoral que, en la segunda vuelta, podría disponer por vez primera en el Palacio del Eliseo un candidato de ultraderecha. candidato, es verdad, no sería precisamente Zemmour. Por el hecho de que su asombroso aparición primero, y su desarrollo corriente por derecha en Marine Le Pen, decayeron en los últimos tramos de la campaña, según los sondeos. Le Pen, en cambio, remontó y está solamente bajo el presidente Emmanuel Macron. Su padre, Jean-Marie Le Pen, es el candidato que en 1998 se quejaba pues la enorme selección francesa campeona mundial de ese año tenía bastantes hijos de inmigrantes y no cantaban La Marsellesa. “No necesito llamarla, la canto en mi cabeza”, respondió Zidane, líder de esa selección que era señalada como supuesto símbolo de “la novedosa Francia multicolor”. Black-Blanc-Beur (negros, blancos y árabes), por el origen de varios de sus players.

CUANDO LAS METAFORAS NO FUNCIONANEl fútbol como metáfora popular es interesante, pero no en todos los casos marcha. El supuesto arquitecto de esta Francia dentro, el entonces presidente Lionel Jospin, quedó de forma directa fuera del ballotage en las próximas selecciones de 2002. Fue alejado precisamente por Le Pen. El temor a que el xenófobo Le Pen ganara asimismo el ballotage frente Jacques Chirac y se transformara en presidente llevó a Zidane a romper su histórica discreción. Zidane es un icono en Francia. Intocable. Y muy receloso de la «marca Zidane». Pero decidió que había que charlar: “Los franceses –ha dicho en medio de una campaña– tienen que percatarse del riesgo de votar por alguien cuyo alegato no se corresponde con los valores de Francia”. sirvió para respaldar al candidato socialista Francois Hollande. Zidane apoyó, entre otros muchos, la subida de impuestos para los mucho más ricos que planteaba Hollande y que rechazaba prácticamente todo el establishment, que veía con mejores ojos la continuidad del derechista Nicolas Sarkozy, el presidente que en el 2008 había propuesto parar los partidos de la selección en el momento en que el público local, singularmente hijos de inmigrantes, silbaba a la Marsellesa. En esas afirmaciones del 2012, tiempo de Barack Obama, Zidane asimismo mencionó que Francia no se encontraba lista para votar a un presidente negro. A sus 49 años, Zidane jamás fue un Diego Maradona. De ahí que, el historial recuerda con precisión su tercera y breve intervención en una campaña electoral. Fue en el 2017, en el momento en que otra vez un Le Pen (en un caso así Marine) conminaba con vencer a Emmanuel Macron. Le preguntaron a Zidane cuál era su voto. Y respondió a su modo. «Todos conocen mis ideas». Fue bastante. El ARTISTA DE LAS CASTILLANAS en algún momento, Pep Guardiola mencionó que «Zinedine Zidane tiene bonito hasta el nombre». Un nombre que se encontraba a la altura de la hermosura-arte de sus tiempos de jugador, en la selección de Francia, pero asimismo en el Real La capital española. Un gol de el, una excepcional volea que valió el título en la final frente Bayer Leverkusen en el 2002 en Glasgow, se considera el mucho más bonito en la crónica de la Champions. Su alias popular es Zizou. Pero sus progenitores siempre y en todo momento le llamaron Yazid. Por el hecho de que ZZ es hijo de Smail, un argelino que, como muchos, se instaló en La Castellane, un vecindario pobre de Marsella. En el vecino vecindario de las Aygalades había sido ejecutado solamente unos años antes Ibrahim Ali, inmigrante. El asesino, excomunista, componente del Frente Nacional de Le Pen, fue juzgado en medio de una euforia del Mundial 98. Le Pen afirmaba entonces que, si ganaba, repatriaría a tres millones de inmigrantes. Eran tiempos en los que se charlaba de SDF. La sigla no respondía al Stade de France, ámbito de la final que Francia de Zidane ganó 3-0 en Brasil. SDF significaba “Sin hogar fijo”. Esos que perdían trabajo y vivienda.

“¿Revela de qué forma Puma, uno de nuestros players mexicanos de la Academia de fútbol en Soccer Inter-Action, fué a evaluar el FC Porto?”

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