La noticia titulada La UEFA salda cuentas revela un importante acontecimiento en el mundo del fútbol europeo. La UEFA, organismo rector de este deporte en el continente, ha dado a conocer datos relevantes sobre finanzas y sanciones en su última declaración. Este anuncio promete arrojar luz sobre la transparencia y responsabilidad financiera de los clubes y federaciones afiliadas. Con la presión constante por parte de la opinión pública y de los aficionados, el informe detallado presentado por la UEFA se convierte en un hito crucial en la gestión del fútbol europeo. La gestión financiera de los clubes, así como las posibles sanciones a aquellos que no cumplen con las normativas, son aspectos clave que se abordan en esta noticia.
La UEFA castiga al Barcelona por su involucración con la Superliga
La lectura de lo ocurrido anoche en Montjuïc no es otra que la UEFA pasó factura al Barcelona por sus coqueteos y veleidades con la Superliga europea y, como propina, por el escándalo no castigado todavía de Enríquez Negreira, sobre el que la UEFA ha destacado por una extraña contención punitoria.
La designación de un rumano (los del este siempre han sido dóciles con los trabajos delicados) ya me hizo barruntar que alguna cosa no iría bien anoche. Y, en efecto, el gol del Raphinha, en el 12, rompió el guion e hizo más difícil el objetivo fijado, que no era otro que el rebelde y sospechoso Barça no estuviera entre los cuatro mejores de Europa sin haber cumplido penitencia alguna por sus pecados.
La expulsión de Araujo decidió la eliminatoria. Una expulsión sin motivo porque no hubo un empujón claro, ni zancadilla alguna, ni siquiera agarrón, ni manotazo al balón. Fue un uno contra uno en el que uno se tiró al suelo al primer contacto. Istvan Kovacs, el encargado de ajustar cuentas, me recordó a Guruceta, aquel malhadado colegiado que señaló un penalti desde 40 metros. El de anoche, corrió como un poseso con la roja en la mano, sin consultar con su auxiliar ni pedir aclaración al VAR. No le hacía falta. Los astros le habían puesto en bandeja lo que pareciera un accidente. A partir de la expulsión de Araujo, el resto fue puro teatro.
Lo de anoche no fue casualidad. Kovacs disimuló mal por su actitud entusiasta de desenfundar la roja a Araujo en la primera ocasión que se le presentó para cumplir con el encargo de “más arriba”. Más claro, el agua.
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