La transición energética avanza: el diésel se convierte en un recuerdo en la mayor ciudad de Europa.
En un hito histórico para la transición energética, la mayor ciudad de Europa ha dado un paso definitivo hacia un futuro más sostenible. A partir de ahora, el diésel se convertirá en un recuerdo del pasado, ya que la ciudad ha decidido abandonar por completo el uso de este combustible fósil. Esta medida forma parte de un ambicioso plan para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar la calidad del aire en la ciudad. La transición energética es un proceso complejo, pero este paso adelante es un claro ejemplo de que es posible cambiar el rumbo y optar por una opción más respetuosa con el medio ambiente.
París dice adiós al diésel: la mayor ciudad de Europa elimina los surtidores de gasóleo
La capital de Francia, París, ha dado un paso significativo hacia una transición energética más sostenible al prohibir la distribución de diésel en las gasolineras de la ciudad. Desde inicios de octubre, las cuatro estaciones de TotalEnergies no han renovado su concesión para vender gasóleo, lo que marca el comienzo de una nueva era para la movilidad en la ciudad.
La transición energética toma el relevo en París: diésel prohibido en las gasolineras de la capital francesa
La medida, que ha sido aprobada por el ayuntamiento, forma parte de una estrategia más amplia para eliminar el uso de carburantes contaminantes en el entorno urbano. Aunque las estaciones de servicio afectadas habían advertido a sus clientes con anticipación, muchos conductores se sorprendieron al encontrar que no podían llenar sus depósitos de gasóleo en las primeras semanas de aplicación de la prohibición.
A finales de junio, los concejales del ayuntamiento votaron a favor de la modificación y resolución de los contratos con estas gasolineras, y se espera que el resto de estaciones sigan el mismo camino en un futuro cercano. Actualmente, 11 estaciones de servicio de las 15 que ofrecen servicio dentro de la capital y su zona de bajas emisiones todavía ofrecen diésel en sus surtidores.
La prohibición del diésel en París lleva en marcha desde 2020, cuando el consistorio anunció varias medidas para limitar las emisiones de gases contaminantes en el centro de la ciudad. La primera fue eliminar de su flota oficial todos los vehículos propulsados por gasóleo, si bien otros cuerpos públicos como la policía, los bomberos o las ambulancias siguen usando este tipo de vehículos.
La celebración de los Juegos Olímpicos de París 2024 atrasó la aplicación de estas restricciones y la ZBE parisina, que debería entrar en vigor a principios de 2025. Más de 380.000 vehículos se verán afectados por las nuevas medidas.
El diésel emite micropartículas y contribuye de manera masiva a la contaminación del aire en Île-de-France, lo que provoca 8.000 muertes al año, según David Belliard, concejal de movilidad en el ayuntamiento de la capital francesa, al justificar las distintas medidas impulsadas por el consistorio en los últimos años.
Esta prohibición marca un paso importante hacia una transición energética más sostenible y respetuosa con el medio ambiente en una de las grandes urbes de Europa.
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