La tragedia azul: Boca cae derrotado en los penaltis después de recibir tarjeta roja a los 30 segundos

La tragedia azul: Boca cae derrotado en los penaltis después de recibir tarjeta roja a los 30 segundos

La tragedia azul se vivió en el estadio de River Plate, donde el equipo de Boca Juniors sufrió una derrota dolorosa en la tanda de penaltis, después de que el partido terminara 1-1 en el tiempo reglamentario. La tarjeta roja recibida por el jugador de Boca a tan solo 30 segundos del inicio del partido, cambió el rumbo del encuentro y puso en desventaja al equipo visitante. A pesar de la gran actuación del arquero de Boca, el destino no estuvo de su lado y River Plate se llevó la victoria en la tanda de penaltis, dejando a los hinchas de Boca con un sabor a derrota amarga.

Derrota azul: Boca cae en penaltis después de recibir tarjeta roja a los 30 segundos

No fue la noche de Boca. Primero, porque de nuevo chocó con la misma piedra de la gran mayoría de sus últimas eliminaciones: sufrió una expulsión innecesaria, en este caso ¡a los 30 segundos de juego! Después, porque supo agigantarse en el juego para resistir y estacionar en el momento que siempre suele disfrutar, en los penales. Y en esa instancia, su arquero-especialista Sergio Romero esta vez no solo no atajó ningún remate sino que ni siquiera consiguió adivinar el lugar donde le patearon.

Así los xeneizes, que lamentaban no haberse clasificado a la máxima obsesión llamada Copa Libertadores, se despidieron muy rápido de la Sudamericana, el segundo certamen continental en importancia. Eran los máximos candidatos, pero se fueron demasiado rápido, en octavos de final. No pudieron con Cruzeiro.

Expulsión y gol tempranero

En Belo Horizonte le sucedió de todo a Boca desde el mismo nacimiento del partido. Es que a los 30 segundos se quedó con un hombre menos por la expulsión de Luis Advíncula, quien le cometió una dura infracción a Lucas Romero. Y enseguida también quedó abajo en el marcador, porque Cruzeiro lo golpeó rápido con una resolución de Matheus Henrique, atento para capturar un rebote de Chiquito Romero tras una buena atajada. De ese modo, los brasileños igualaban el resultado global, porque en la ida Boca se había impuesto por 1-0.

Alegría de los jugadores del Cruzeiro tras la clasificación

Diego Martínez reacomodó el equipo. Sacó a Agustín Martegani y cubrió la baja de Advíncula con el ingreso de Jorge Figal. Pero Cruzeiro quería más. Y buscaba. Y lastimaba. Sin embargo, también otorgaba ventajas atrás. Entonces, Kevin Zenón tuvo el empate frente al arquero, pero justo en el instante del remate la pelota se elevó y su disparo se fue muy lejos.

Segunda parte del partido

Después de esa situación que Boca no pudo aprovechar, volvió Cruzeiro a impactar. Marcos Rojo no consiguió despejar una jugada con pelota detenida y Walace estampó el 2-0 con un remate bajo. Y los brasileños estuvieron ahí nomás de gritar el tercero, pero una tijera fabulosa de Lautaro Díaz fue desviada por Chiquito Romero con lo justo, tan justo que la pelota luego dio en un palo y salió.

Milton Giménez, el recambio de Cavani, Boca no tuvo a Edinson Cavani, ausente por un desgarro. Y el reemplazante del uruguayo respondió: Milton Giménez, en el tercer minuto adicionado del primer tiempo, descontó en el momento más oportuno.

Segunda etapa y penaltis

Fue interesante la segunda etapa de Boca. Demostró entereza conceptual, espiritual y física. Tuvo un par de chances para empatar, así como necesitó de Sergio Romero y los palos para sostenerse en partido. El final fue dramático. Chiquito dibujó una gran atajada y en la siguiente acción le sacaron la pelota en la línea a Merentiel ahogándole el grito de la clasificación.

Cruzeiro ganó 2-1 y, como en la ida Boca había vencido 1-0, todo se resolvió por penaltis. Los brasileños metieron los cinco, con ejecuciones impecables, engañando a Romero, quien no acertó ningún sector de los elegidos por los pateadores. Boca había anotado los cuatro primeros, también con resoluciones imparables. Y en el último, el delantero al que le habían sacado la pelota sobre la línea, Merentiel, pateó por arriba del travesaño. No era su noche. No era la noche de Boca.