En el mundo del fútbol, las relaciones entre entrenadores y jugadores pueden ser clave para el éxito de un equipo. Sin embargo, en algunos casos, estas relaciones pueden volverse tensas y conflictivas, llevando a una rota relación que puede afectar negativamente el desempeño del equipo. Es el caso de la relación entre el entrenador Fonseca y el estelar Ibra, que ha generado gran interés y especulación en los medios de comunicación. ¿Qué sucedió detrás de bambalinas para que la relación entre estos dos personajes importantes del fútbol se deteriore de manera tan drástica? En este artículo, nos sumergiremos en el misterio detrás de esta rota relación y exploraremos las causas y consecuencias de este conflicto.
Fonseca vs Ibra: La tensión entre el entrenador y la leyenda del Milan explota
El pasado 22 de abril, el Milan vivió la afrenta de ver cómo el Inter, su eterno rival, le ganaba ejerciendo de visitante en el Derbi de la Madonnina (1-2) y se proclamó matemáticamente campeón del 'scudetto' a cinco jornadas del final de la Serie A.
Este domingo, Inter, ahora como local, y Milan vuelven a enfrentarse en el campeonato italiano y de nuevo los 'nerazzurri' pueden causar un daño tremendo a los 'rossoneri' caso de volver a imponerse.
Decepcionante inicio de temporada
El Milan no ha empezado bien la temporada tanto en la Serie A (es décimo con solo 5 puntos al haber logrado apenas un triunfo (4-0 el pasado sábado al ahora colista Venezia) en cuatro jornadas) como en la Champions League (el martes se estrenó perdiendo en casa contra el Liverpool por 1-3), de ahí que Paulo Fonseca, su nuevo entrenador en sustitución de Stefano Pioli, ya sea seriamente cuestionado hasta el punto de que una derrota el domingo podría costarle el cargo.
La relación con Ibrahimovic, un problema adicional
El técnico portugués se juega su continuidad no solo por los decepcionantes resultados. Pesa incluso más su difícil relación con Zlatan Ibrahimovic, una leyenda como jugador en el Milan que desde diciembre ejerce como asesor presidencial. Y ya se sabe que el sueco no tiene pelos en la lengua.
La Gazzetta dello Sport revela que la relación entre ambos es delicada como consecuencia de la planificación de la temporada y algunas declaraciones de Ibrahimovic.
Soy el jefe.
Soy el jefe y estoy a cargo, todos los demás trabajan para mí, dijo Ibrahimovic a Sky Sports Italia a principios de esta semana, en la víspera del Milan-Liverpool. La cuestión es que ni en el propio club tienen claro cuál es su función. No es un empleado del Milan, es un empleado del propietario, el fondo de inversión estadounidense RedBird Capital Partners, en materia de negocios y comunicación.
Pero Ibra no es un hombre de despachos, vive en Milán, acude a entrenamientos y ha presentado a los nuevos fichajes, aunque no ha estado en primera fila en cuestiones de mercado. ¿Cuáles son entonces en realidad sus competencias? ¿Quién manda realmente en el Milan? El mismísimo Fabio Capello, ex técnico 'rossonero', ha puesto el dedo en la llaga.
Dos episodios ilustran la difícil convivencia
La Gazzetta dello Sport recuerda dos episodios que ilustran la difícil convivencia entre Fonseca e Ibra. En agosto, en la víspera del Milan-Torino de la primera jornada de la Serie A (2-2), Zlatan llama al equipo y habla con ellos, como hacía como jugador. El entrenador no está presente.
El mercado se cierra cuando lo digo yo
Segundo episodio. Fonseca, un día antes del Milan-Torino, aseguró que el mercado está cerrado para mí. Pero el mismo día del partido, en la presentación de Youssouf Fofana, Ibra dijo lo contrario: El entrenador es el entrenador, el club hace el resto. No necesitamos más fichajes. Con estos cuatro nuevos jugadores hemos duplicado las alternativas y luego está el Milan Futuro. Estos cuatro fichajes ya eran objetivos antes de elegir al entrenador. El mercado se cierra cuando lo digo yo.
A Fonseca no le gustan estas palabras y lo hace saber al club. Unos días más tarde llegó Tammy Abraham, a quien recibe gustosamente, pero a cambio de irse Alexis Saelemaekers, al que apreciaba. Todo este caldo de cultivo puede desembocar en la marcha del técnico si el Milan encaja otra dolorosa derrota ante el eterno rival Inter.
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