La gran vuelta de Lonzo Ball: después de más de 1.000 días sin jugar, regresa al fútbol con una lección de vida para todos

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La gran vuelta de Lonzo Ball: después de más de 1.000 días sin jugar, regresa al fútbol con una lección de vida para todos

Después de más de 1.000 días fuera de las canchas, el talentoso jugador de basketball Lonzo Ball hace su esperada vuelta al fútbol. Esta noticia no solo es un regreso al deporte que lo vio nacer, sino que también trae consigo una lección de vida para todos. La perseverancia, la dedicación y la fe en uno mismo son solo algunos de los valores que se pueden extraer de esta increíble historia de superación. En este artículo, exploraremos el camino de lucha y sacrificio que Lonzo Ball ha recorrido para lograr este gran logro y cómo su experiencia puede inspirar a otros a no rendirse en sus propias luchas.

El regreso de Lonzo Ball: 1006 días sin jugar, y llega con un mensaje inspirador

Toda una lección de vida contenida en un simple partido de baloncesto de pretemporada. Su inspirador autor, Lonzo Ball. Más de 1000 días después -en concreto 1006-, dos años y 9 meses, de enero de 2022 a octubre de 2024, después de tres cirugías de rodilla y un extraño doble implante de cartílago en su rodilla izquierda, Ball volvió a sentir el penetrante zapatilleo del parqué y ese un tanto áspero tacto de la naranja.

El base de los Chicago Bulls volvió a la vida, de la desoladora soledad en la enfermería y el gimnasio del lesionado olvidado al clamor de una esperada bienvenida de vuelta. Y lo hizo sin miedo y con decidida precisión, casi estampándose contra el banquillo por salvar un balón y firmando contra los Minnesota Timberwolves 10 puntos en 15 minutos con un 4/6 en tiros de campo y un 2/4 en triples. Y encima con victoria contra los Timberwolves (125-123). El retorno que parecía que nunca iba a llegar y, además, idílico.

La gran vuelta de Lonzo Ball: un trayecto de 2 años y 9 meses de lesiones y cirugías termina con un partido que cambia todo

La gran vuelta de Lonzo Ball: un trayecto de 2 años y 9 meses de lesiones y cirugías termina con un partido que cambia todo

Ni siquiera lo puedo describir con palabras…, dijo tras el encuentro. Pero cuando salieron esas palabras, fueron una metáfora de su renacimiento, algo como una reencarnación de un jugador que volvió a nacer a los casi 27 años en un caso nunca visto en la historia de la NBA.

No es el mismo cuerpo con el que empecé, reconoció Ball en declaraciones recogidas por la ESPN. Pero pienso que todavía puedo ser productivo y efectivo en la pista. Por eso estoy intentando jugar, destacó el hermano de LaMelo Ball, cuyos constantes problemas de tobillo en los últimos dos años son nada al lado del martirio que ha sufrido Lonzo, quien se ha enfrentado al peor enemigo posible para un deportista: su propio cuerpo.

Ha sido largo. Realmente largo. Pero, mirando atrás, fue más rápido de lo que pensaba. Que me dijeran que me tomaría 18 meses más de recuperación (después de la tercera cirugía), suena a locura en el momento, pero ahora estoy aquí. Todo queda atrás ahora, reflexionó el base, con unos buenos números de 13 puntos, 5,4 rebotes y 5 asistencias con un 42% en tiros de campo y un 36% en su primera y única temporada en Chicago hasta ahora, esa maldita 21-22 en la que se sumió en la infinita oscuridad de las lesiones.

Pienso que es el creer en mí mismo, saber lo que estaba sintiendo, que estaba en una buena edad para volver, resaltó el ex de Lakers y Pelicans, que recibió el balón en el vestuario de los Bulls en un bonito gesto de reconocimiento de sus compañeros.

El base agradeció a los Bulls la paciencia que han tenido con él en un largo proceso en el que la franquicia de Illinois no ha podido o sabido encontrarle un sustituto. Sin embargo, el renacimiento de Ball bien puede significar el de un proyecto en Chicago que parecía casi desmantelado, y más con la marcha de DeMar DeRozan en Sacramento en verano.

Pero siguen Zach LaVine y Nikola Vucevic y la llegada de Josh Giddey para asumir el rol de base titular debe dar tiempo y tranquilidad a Ball para alcanzar su mejor nivel. El renacimiento del número 2 del draft de 2017 tiene que ser toda una fuera de inspiración para el resurgimiento de unos Bulls que llevan dos años seguidos sin playoffs y no superan una primera ronda desde la temporada 2014-2015, en los tiempos de Pau Gasol y Nikola Mirotic. Lonzo Ball, la definición de que la vida es caerse y levantarse, puede marcarles el camino tras por fin haber llegado la noche de su redención.

Es un momento que nunca olvidaré.

Manuel Torres

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