- Emilio Sánchez Vicario confiesa que se enamoró loca y completamente de los Juegos Olímpicos a los 19 años
- El amor olímpico: Emilio Sánchez Vicario confiesa que se enamoró locamente de los Juegos Olímpicos a los 19 años
- La pasión por el deporte
- Los Juegos Olímpicos, el mayor desafío
- La medalla de plata en Seúl
- La decepción en Barcelona
- La motivación perdida
- La oportunidad de ser coach
- De vuelta a los Juegos como comentarista
- El oro en Pekín 2008
- Aún sigo pegado a la TV
Emilio Sánchez Vicario confiesa que se enamoró loca y completamente de los Juegos Olímpicos a los 19 años
En una entrevista reciente, el legendario tenista español Emilio Sánchez Vicario ha revelado un secreto que muy pocos conocían sobre su carrera deportiva. Con una sonrisa nostálgica, el campeón olímpico de dobles en Seúl 1988 confesó que se enamoró loca y completamente de los Juegos Olímpicos cuando apenas tenía 19 años de edad. Esta confesión sorprendió a muchos, ya que Sánchez Vicario siempre había sido conocido por su pasión por el tenis, pero nunca se había hablado de su conexión con los Juegos Olímpicos de manera tan profunda.
El amor olímpico: Emilio Sánchez Vicario confiesa que se enamoró locamente de los Juegos Olímpicos a los 19 años
Con 7 años, Emilio Sánchez Vicario empezó su andadura como nadador en Barcelona. Desde el principio, se dio cuenta de la dificultad y el sacrificio necesario para destacar. Recuerdo que me despertaba por las noches soñando con la línea de la piscina en los entrenamientos, recuerda.
Cuando tenía 8 años, cogió por primera vez una raqueta de tenis y empezó a hacer sus pinitos en el colegio con el fútbol. Tenía la semana llena haciendo deporte: dos días fútbol, dos natación y uno de tenis. Cada año fui sustituyendo la natación por más tenis, y al final, cerca de los 12 años, dejé también el fútbol, explica.
La pasión por el deporte
Emilio Sánchez Vicario empezó a admirar todos los deportes y decidió dejar el resto de deportes para enfocarse en el tenis. Aunque en el tenis no ganaba mucho, decidí dejar el resto de deportes. Ahora, mirando atrás, el haber empezado con natación, pasar a deporte de equipo y luego terminar en un deporte más técnico, me ayudó un montón en mi desarrollo, pero sobre todo cada uno de ellos me ayudó a amar el deporte, asegura.
Los Juegos Olímpicos, el mayor desafío
Para Emilio, los Juegos Olímpicos eran el mayor desafío. Qué mejor que los juegos para juntar todos esos sueños e ilusiones. Había una dificultad, sabía que el tenis no era olímpico, aunque hablaban de que querían incluirlo, recuerda.
En 1984, el tenis fue incluido en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles como deporte de exhibición. Emilio Sánchez Vicario fue seleccionado y se enamoró locamente de los Juegos. Ir al básquet o ver a Abascal ganar sus medallas fue brutal, pero el recuerdo más increíble fue el de ver a Mary Lou Retton ganar el oro con un perfecto 10, la ovación de 10 minutos del estadio emocionado, recuerda.
La medalla de plata en Seúl
Cuatro años después, en Seúl 1988, Emilio y su pareja llegaron a la final y perdieron de forma épica 9-7 en el quinto set. Ganaron la medalla de plata y no se dieron cuenta de la magnitud de los juegos hasta la llegada a Barcelona, donde los estaban esperando casi mil personas en el aeropuerto. Los sueños se cumplían. No solo por participar en la competición, sino al ganar la primera medalla de tenis, que fue como el noviazgo perfecto, asegura.
La decepción en Barcelona
En los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, Emilio perdió en cuartos de final y se quedó con la decepción y la tristeza interior. Había perdido mi gran oportunidad de casarme con los Juegos, de tocar la gloria en casa, recuerda.
La motivación perdida
La verdad es que Emilio perdió la motivación después de Barcelona. Siguió jugando, pero ya nunca fue lo mismo. Su rendimiento había bajado, sobre todo en individuales, y llegaban los juegos de Atlanta 1996.
La oportunidad de ser coach
En 1997, Emilio tuvo un problema neurológico en el hombro y su doctor le dio casi 10 meses de recuperación si se operaba. La verdad es que mentalmente ya no era tan competitivo, así que jugó algunos torneos por invitación, pero Arantxa le propuso ayudarla como coach. Al final, aceptó y trabajó durísimo.
De vuelta a los Juegos como comentarista
En 2004, TVE le ofreció la posibilidad de hacer de comentarista en Copa Davis y Juegos Olímpicos. Eso me permitió ver los toros desde la barrera, hablando de lo que me gusta y verlo como periodista. La verdad es que fue un lujo, asegura.
El oro en Pekín 2008
En 2008, Emilio fue el jefe de expedición del tenis y contó con un Rafa Nadal que venía de ganar en Roland Garros y Wimbledon a un Roger Federer. Hubo un momento en que dudaron si ir a China, era un gran esfuerzo, pero tuve que usar todos mis argumentos de la globalidad de los Juegos y todo lo que viví en 1988 para convencerles, recuerda.
Rafa y España se llevaron el oro en Pekín 2008. Esos Juegos fueron brutales. Los chinos pararon la lluvia para la inauguración. Lo que sudamos ese día fue inhumano, asegura.
Aún sigo pegado a la TV
Cada año, cuando llegan los Juegos, Emilio enciende la TV y se cuesta desengancharse porque siguen teniendo esa magia. Los atletas de las más de 30 especialidades son gente especial. En algunos deportes, han estado 4 años entrenando para esa carrera, o esa lucha, o partido, o contrareloj. La verdad es que se merecen todo lo que les dan e incluso deberían recibir más, asegura.
Y viendo esto, Emilio se da cuenta de que en los próximos Juegos se cumplirán 40 años de su medalla. Será en Los Ángeles y él debe encontrar la manera de ir. Intentaré hacerlo como invitado para poder disfrutarlos de verdad. Ya empiezo a soñar otra vez., concluye.
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