El peculiar fetiche de un enamorado catalán en 'First Dates': Me fascina que sean de Vox.
En el popular programa de citas First Dates, un catalán ha generado gran sorpresa entre los espectadores al revelar su peculiar fetiche. El joven, que busca encontrar el amor, ha confesado que su atracción por una persona se basa en una condición muy específica: que simpatice con el partido político Vox. Esta confesión ha generado un gran revuelo en las redes sociales, y ha llevado a muchos a cuestionarse qué otros factores pueden influir en las preferencias amorosas de las personas.
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El enamorado catalán con un fetiche peculiar en 'First Dates'
Una noche más, el restaurante más famoso de la televisión abrió sus puertas para dar nuevas oportunidades a solteros y solteras de encontrar el amor. Fue el caso de Martí, de 21 años, y de Victoria, de 20, que acudieron a 'First Dates' con ganas de encontrar a esa persona especial.
El primer amor de Martí
El primero en entrar en el local del amor fue Martí. Este joven, de Castellar del Vallès (Barcelona), llegó con las ideas muy claras. Al ser muy clásico, buscaba a una chica con la que ir en serio. Además, reconoció que no le había ido nada bien en el amor y que ni siquiera había tenido relaciones sexuales.
Sólo me besé una vez. Morrearnos y ya está. Hasta aquí he llegado, le explicó a Carlos Sobera. Con una chica me fui a la cama y me dijo de hacerlo, pero le dije que no porque supongo que me daba vergüenza. Y porque quería ser fiel a mis valores y pensamientos, que son no hacerlo hasta encontrar a alguien con quien confíe como para regalarle esto, contó después Martí, ante las cámaras.
Un fetiche político
Cuando le preguntaron sobre sus preferencias, Martí desveló su fetiche antes incluso de conocer a su cita. Mi fetiche sería conocer a una mujer contraria a mis pensamientos. Me pone que sea por ejemplo de Vox, porque soy independentista, que sería lo contrario. Aunque comparto algunas cosas con Vox., le confesó a Sobera, que se quedó completamente sorprendido.
La cita con Victoria
El programa le preparó a Martí una cita con Victoria, una estudiante de psicología mexicana y residente en Madrid. Pero a pesar de que las primeras impresiones fueron buenas -ambos eran románticos y ninguno había intimado con otra persona en el ámbito sexual-, poco a poco fueron aflorando diferencias irreconciliables.
Victoria no era de Vox. Pero eso no es todo: le explicó a Martí que iba a marcharse a Taiwán seis meses para estudiar. Además, no quería tener hijos -él, en cambio, quería hasta cuatro- y comentó que era feminista y bisexual. Ellos mismos se dieron cuenta de que lo suyo no iría a ninguna parte, así que se despidieron amistosamente para no verse nunca más.
Fue una cita interesante, llena de sorpresas y revelaciones inesperadas. Aunque no funcionó entre Martí y Victoria, ambos esperan encontrar su media naranja en un futuro cercano.
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